"Las jóvenes, gracias a Dios bastante bien preparadas, además del específico curso prematrimonial, vienen compartiendo desde hace tiempo espacios de formación sobre la pureza, la castidad, los métodos naturales de planificación familiar y la educación de los hijos, entre otros".
"Son bien conscientes, claro está, de que en estos tiempos de ideología de género, endiosamiento de la promiscuidad, y destrucción de la familia, deben permanecer unidas, junto a sus novios y futuros esposos, para ayudarse mutuamente; y fortalecer, de modo especial, a los matrimonios jóvenes". "Cuentan para ello, gracias a Dios, con lúcidos y valientes confesores y directores espirituales", sostuvo el sacerdote.
A juicio del P. Viña fue una despedida de soltera "muy buena y original. Bien lejos de festicholas, descontroles y perversiones de todo pelaje; en que derivan, en buena parte, encuentros de este tipo", aseguró.