"El pintor me confesó que le había costado mucho trabajo el acomodo de las nuevas imágenes, pero en el momento en que se le pidió que 'Joselito' fuera agregado, le llegó la inspiración y comenzó a pintar de manera muy fluida. Es por eso y otros hechos que afirmó que todo el proyecto estuvo lleno de 'diosidencias'".
Además, mandó a confeccionar un hermoso relicario para contener las reliquias de primera clase de la mayoría de los mártires para colocarlo al pie del cuadro. "Tanto el P. Luis Pérez Raygoza como el P. José Gálvez Amezcua, ayudaron para obtenerlas", indicó.
Poco después de iniciado el proyecto se nombró al encargado del Templo Expiatorio de Cristo Rey, el P. Adrián Huerta Mora, quien brindó todo su apoyo.
"Cuando el proyecto se complicaba, de repente iban saliendo luces y se resolvían favorablemente los problemas. Se me pone la piel 'chinita' solo de pensar que un servidor y todos los colaboradores fuimos instrumento de estos santos mártires, que no pedían un reconocimiento para ellos, sino dar testimonio de fe para los mexicanos", dijo.