La embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, alabó los "milagros cotidianos" de la Iglesia Católica en todo el mundo, así como su decidida respuesta a los escándalos de abusos sexuales cometidos por algunos miembros del clero.
En su intervención en el desayuno anual Al Smith en Nueva York el 18 de octubre, Haley dijo que sería "trágico" si los escándalos de abusos cegaran al mundo "ante las sorprendentes buenas obras que la Iglesia Católica realiza todos los días".
Las buenas obras, continuó, son "milagros que constituyen el camino de la Iglesia", que hace un "trabajo increíble" para ayudar a "millones de personas desesperadas" en todo el planeta.