En abril de 2008, Benedicto XVI explicó en una de sus homilías que "la muerte no tiene la última palabra; no es el fin de todo, sino que redimida por el sacrificio de la cruz, puede ser ya el paso a la alegría de la vida sin fin".
5. No mezclar la muerte con mitologías
Tras el rezo del Ángelus el 2 de noviembre de 2008, Benedicto XVI habló de la necesidad de hablar de realidades tan importantes como la muerte y la vida eterna:
"También hoy es necesario evangelizar la realidad de la muerte y de la vida eterna, realidades particularmente sujetas a creencias supersticiosas y sincretismos, para que la verdad cristiana no corra el riesgo de mezclarse con mitologías de diferentes tipos".