En su primera Navidad como Papa, León XIV ha introducido varias novedades en su agenda. Una de las más importantes ha sido la decisión de celebrar la Misa de Navidad en la basílica de San Pedro del Vaticano. Un gesto litúrgico que no hacía un Pontífice desde 1994, en tiempos de San Juan Pablo II.
En la homilía de la Eucaristía del 25 de diciembre que conmemora para los cristianos el nacimiento de Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre, el Pontífice meditó sobre la fragilidad inherente al nacimiento de Cristo, invitando a los católicos a dejarse tocar por el sufrimiento humano.
"¿Cómo no pensar en las tiendas de Gaza?"
León XIV recordó que “el Verbo ha establecido su tienda frágil entre nosotros” y vinculó ese misterio con las situaciones de sufrimiento actuales. En concreto, mencionó a la población de la Franja de Gaza, que, más de dos meses después del alto el fuego, sigue afrontando una grave situación humanitaria.