Este jueves, el Papa León XIV aprobó el milagro por intercesión del laico argentino Enrique Shaw, lo que permitirá su beatificación, noticia que causó gran alegría en su país de origen, y en especial en sus más allegados.
Enrique Shaw fue un laico católico argentino, modelo de esposo, padre de nueve hijos y empresario de gran vocación social.
Llegó a ser directivo de la cristalería Rigolleau, donde forjó un vínculo fraternal con los empleados, y en el ámbito católico fundó la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE), impulsó la Universidad Católica Argentina y fue dirigente nacional de la Acción Católica. Murió de cáncer en 1962, a sus 41 años.
Sara Shaw, hija del próximo beato; su nieta Sara Critto; y el P. Gastón Lorenzo, actual párroco de la basílica Nuestra Señora del Pilar, templo al que Enrique y su familia asistían a Misa, y donde descansan sus restos, recordaron su figura y legado.
Todos podemos ser santos
En diálogo con EWTN, Sara Shaw consideró que la beatificación de su padre es “una bendición inmerecida” al tiempo que “una responsabilidad apostólica”.