El fin de semana se inauguró en Zaña, donde falleció, el Año Jubilar por los 300 años de la canonización de Santo Toribio de Mogrovejo, segundo arzobispo de Lima y patrono del Episcopado latinoamericano, un lugar emblemático también para el Papa León XIV en el norte del Perú.
El P. David Farfán, párroco de Santo Toribio en Zaña y cercano colaborador del actual Pontífice, explicó a ACI Prensa, en mayo de este año, por qué este lugar de la Diócesis de Chiclayo, donde fue obispo Robert Prevost entre 2014 y 2023, también es importante para él.
Santo Toribio murió en Zaña el 23 de marzo de 1606 en Zaña, donde también hay ahora un lugar muy especial para el Papa: el poblado de San Nicolás, donde se encuentra una humilde capilla dedicada a San Nicolás de Tolentino, primer santo de la Orden de San Agustín y el santo patrono de los votos solemnes de León XIV como agustino.
En la Misa que presidió el 13 de diciembre el Nuncio Apostólico en Perú, Mons. Paolo Roco, concelebrada por 10 obispos y 56 sacerdotes, participaron unas 3.000 personas, quienes asistieron pese al fuerte calor de 38 grados.
“Y así como creó caminos, escuelas, iglesias, conventos, hospitales, promovió disposiciones de protección y defensa de los naturales contra el abuso de los colonizadores, inclusive enfrentándose al poder virreinal”, dijo el Nuncio en su homilía.
El arzobispo dijo además que Santo Toribio encarnó de manera ejemplar el mandato del Señor Resucitado de “ir y hacer discípulos a todas las gentes”, promovió la catequesis también con un catecismo en quechua, aymara –las lenguas locales– y español, recorriendo durante 25 años más de 40.000 kilómetros a pie y en mula.