El Arzobispo de Arequipa (Perú), Mons. Javier del Río Alba, explica las dos partes en las que se divide el Adviento y por qué este tiempo de esperanza “no es una mera repetición cíclica o rutinaria”.
“El Adviento es un don que Dios nos da, a través de su Iglesia, para prepararnos para la Navidad”, subraya el prelado en un artículo titulado “Tiempo de esperanza”, enviado este sábado a ACI Prensa.
El Adviento, que en 2025 comienza este domingo 30 de noviembre y concluye el 24 de diciembre, es siempre “un tiempo nuevo, porque nuestra propia situación, las circunstancias en las que nos encontramos y el mismo acontecer de Dios son nuevos y distintos a los años anteriores”, subraya el arzobispo.
1. Primera parte del Adviento
El arzobispo resalta que la primera parte del Adviento “nos recuerda la parusía del Señor, o sea su segunda venida, y nos invita a levantar los ojos hacia Jesús que vuelve”. “Es el mismo Hijo de Dios que hace más de dos mil años se encarnó y se hizo hombre en el seno de la Virgen María, resucitó de la muerte, subió al Cielo y ahora regresa para juzgar a vivos y muertos y llevar a plenitud su Reino”.
De ese modo, es un llamado a vivir el Evangelio en la vida diaria, y “nos dispone a examinar cómo estamos llevando nuestra vida. Y si somos sinceros llegaremos a la conclusión de que nuestros buenos propósitos y nuestras solas fuerzas no son suficientes para que Jesús nos lleve al Cielo”.