El Papa León XIV llamó a los cristianos a no vivir una vida “replegada” sobre sí mismos ni en un “intimismo religioso” que se traduzca “en desentenderse de los demás y de la historia” al tiempo que subrayó que donde el mundo ve “amenazas”, la Iglesia “ve hijos”.
Durante la homilía que pronunció en la Misa que celebró con motivo del Jubileo de los Pobres, el Santo Padre aseguró que buscar el Reino de Dios implica el deseo de “transformar la convivencia humana en un espacio de fraternidad y de dignidad para todos, sin excluir a nadie”.
De este modo alertó del “peligro” de vivir como “viajeros distraídos”, “desatentos al destino final e indiferentes hacia quienes comparten el camino con nosotros”.
“Ustedes saben bien que la cuestión de los pobres reconduce a lo esencial de nuestra fe, que para nosotros son la misma carne de Cristo y no sólo una categoría sociológica”, subrayó citando su exhortación apostólica Dilexit te.
Es por esto que, continuó, “la Iglesia, como madre, camina con los que caminan. Donde el mundo ve una amenaza, ella ve hijos; donde se levantan muros, ella construye puentes”.