El Papa León XIV reivindicó este miércoles la fraternidad que nos brinda Cristo muerto y resucitado como el antídoto a “las lógicas negativas de los egoísmos” y “de las divisiones” que también previene del “veneno de la enemistad” presente en el mundo.
“Para superar las sombras que la amenazan hay que ir a las fuentes y sobre todo, obtener luz y fuerza de Aquel que sólo nos libra del veneno de la enemistad”, indicó el Santo Padre durante la Audiencia General..
El Pontífice continuó con el ciclo de catequesis sobre la muerte y Resurrección de Cristo y aseguró que “vivir la espiritualidad pascual infunde esperanza en la vida y anima a invertir en el bien”.
León XIV constató que la fraternidad “no es algo ni inmediato ni que se pueda dar por descontado”. “Es sin duda uno de los grandes desafíos para la humanidad contemporánea, como vio claramente el Papa Francisco”, señaló tras lamentar que los “muchos conflictos” y las “guerras esparcidas por el mundo”, así como las “tensiones sociales y sentimientos de odio” lo demuestran.
“Sabemos bien que los desacuerdos, las fracturas y a veces el odio pueden devastar también las relaciones entre parientes, no solo entre extraños”, manifestó.
Sin embargo, subrayó que la fraternidad no es sólo el “deseo de unos pocos ilusos”, sino algo que se puede hacer realidad gracias a la Resurrección. Cuando los discípulos lo “reconocen como el Resucitado”, comienza una “historia nueva”, explicó, porque a partir de entonces “se convierten plenamente en hermanos”.