El Papa León XIV posó recientemente con un regalo tan insólito como ingenioso: una señal de tráfico de España con la inscripción “León, 14 km”, uno de los indicadores que se encuentran en la carretera nacional N-630, entre Zamora y León.
El detalle, cargado de humor y afecto, fue idea del sacerdote zamorano Héctor Galán Calvo, quien encabezó una comitiva diocesana para saludar al Pontífice en una audiencia privada el pasado viernes.
El Papa, de buen humor, recibió el cartel con una sonrisa y no dudó en posar para una fotografía junto a él. “Le hizo mucha gracia —cuenta el P. Galán—, enseguida dijo: ‘Hazme una foto’. Le pareció algo muy divertido”.
El gesto tenía además un matiz personal. León XIV —Robert Francis Prevost antes de su elección como Papa— visitó la provincia de León en el verano de 1982, cuando era estudiante de Derecho Canónico en Roma, poco antes de su ordenación sacerdotal en el Angelicum. Durante ese viaje, él y otros seis agustinos recorrieron en una furgoneta diversas comunidades de la Orden en España, entre ellas Salamanca, Valladolid, León y Pontevedra, además de pasar por las playas de Galicia.
Una audiencia “entrañable” y llena de reencuentros
El encuentro con el Papa fue posible gracias a la intermediación del P. Edgard Rimaycuna Inga, secretario personal del Pontífice. Entre los asistentes se encontraba Mons. Ángel Francisco Simón Piorno, obispo emérito de Chimbote (Perú) y natural de Zamora. Su presencia dio al encuentro un aire de reencuentro fraterno ya que fue obispo en Perú durante más de treinta años, primero en Chachapoyas, luego en Cajamarca y finalmente en Chimbote, donde coincidió con el entonces obispo de Chiclayo, Robert Prevost.