El Observador de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, el arzobispo Mons. Gabriele Caccia, destacó la urgencia de paliar la “deuda ecológica” en los países en desarrollo.
La autoridad vaticana defendió esta posición durante una reciente intervención en el debate del Segundo Comité sobre Desarrollo Sostenible, según recoge Vatican News.
En su discurso en nombre de la Santa Sede, Mons. Caccia evidenció que quienes menos han contribuido al cambio climático y a la degradación ambiental, incluidos los pobres y las comunidades indígenas, “son a menudo quienes sufren las consecuencias más graves y devastadoras”.
En este contexto, subrayó que la Santa Sede, a la que se refirió como una “convencida promotora del desarrollo humano integral”, considera que “las naciones y los sectores que han contribuido de manera desproporcionada a la degradación ambiental y al cambio climático tienen la responsabilidad de apoyar a quienes se ven más afectados por sus consecuencias”.
Para el arzobispo, “la corrección de la deuda ecológica comienza con los países desarrollados”, y aclaró que este apoyo se puede asumir de “muchas formas, incluyendo financiamiento adecuado, reducción de la deuda en tiempos de crisis, transferencia de tecnologías apropiadas y fortalecimiento de capacidades”.
Asimismo, expresó que es “necesaria una acción concertada para proteger la biodiversidad”, en particular para garantizar “la supervivencia de las innumerables comunidades cuyos medios de vida dependen de ellos”.