El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, renovó el enfoque del Día de Colón que se celebra en el país el segundo lunes de octubre, reivindicando el “extraordinario legado de fe, coraje, perseverancia y virtud” del explorador, según la proclama presidencial.
Desde 1971, el segundo lunes de octubre ha sido reconocido a nivel federal como el Día de Colón para conmemorar el descubrimiento de América por Colón en 1492, celebrar la herencia italo-estadounidense y reconocer los linchamientos de 11 italo-estadounidenses en 1891. En 2021, el expresidente Joe Biden emitió la primera proclama presidencial del Día de los Pueblos Indígenas para observarse el mismo día, tras las críticas hacia Colón.
“La ‘hostilidad actual’ hacia él está mal informada”, dijo a CNA —agencia en inglés de EWTN News— Felipe Fernández-Armesto, profesor de historia en la Universidad de Notre Dame y autor de Columbus on Himself. “Es comprensible que sintiera sentimientos encontrados sobre la gente que conoció en este lado del océano, pero, según los estándares de sus contemporáneos, sus juicios más característicos sobre ellos fueron altamente positivos”.
“El Día de Colón es encomiable —instituido en expiación del peor linchamiento en la historia de Estados Unidos…—. Colón encajaba en un proyecto de reconciliación nacional porque fue, durante la mayor parte de la historia de Estados Unidos, una figura unificadora”. Fernández-Armesto añadió: “Debería seguir siéndolo hoy”.
“No fue culpable de la mayoría de los excesos de crueldad que los enemigos interesados de entonces y los críticos ignorantes de hoy le atribuyen. Su trayectoria fue singularmente significativa: fue genuinamente el descubridor de rutas viables de ida y vuelta a través del Atlántico; reconectando, para bien y para mal, culturas antes separadas y posibilitando el intercambio transformador de ideas y personas, comercio y formas de vida”, dijo.
“Es difícil pensar en alguien cuyo impacto en el hemisferio haya sido mayor”, señaló Fernández-Armesto.