Después de años en que los alumnos y sus padres ignoraron repetidamente las reglas, una escuela privada para hombres en Texas (Estados Unidos) ha decidido aplicar un método novedoso respecto al uso de teléfonos inteligentes y dispositivos digitales: si lo llevas a la escuela “lo destruiremos”.
Western Academy, una escuela independiente de artes liberales, ubicada en la ciudad de Houston, que afirma tener como objetivo educar a los jóvenes “en lo bueno, lo verdadero y lo bello”, nunca ha permitido que los estudiantes lleven dispositivos electrónicos a sus instalaciones.
En el pasado, si un alumno era sorprendido con un teléfono u otro aparato durante las clases o en un evento escolar, los profesores lo confiscaban y devolvían a los padres después de reunirse con el director, Jason Hebert, para explicarles que “no deberían devolverle el aparato a su hijo”.
Bajo la nueva política, que Hebert detalló en una carta de cuatro páginas enviada a los padres el mes pasado, una vez descubierto el dispositivo, será destruido y el alumno suspendido. Si vuelve a ocurrir, será expulsado automáticamente.
Además de su estricta política sobre los teléfonos, la escuela —que cuenta con unos 230 estudiantes entre tercer y octavo grado— ofrece un modelo educativo único. Los niños pueden jugar libremente entre los árboles, donde trepan, construyen fuertes, usan pistolas de juguete, y cuidan (o persiguen) gallinas antes, después y durante varios momentos de a jornada escolar.