Dilexi te (“Te he amado”) es la primera exhortación apostólica del Papa León XIV, que —según él mismo explica— nace de un proyecto iniciado por el Papa Francisco para abordar la necesidad de que la Iglesia no deje de amar, servir y redescubrir el rostro de Cristo en los pobres de hoy.
En el documento de 40 páginas, disponible aquí, el Pontífice invita a toda la Iglesia a renovar su opción preferencial por los pobres y marginados, al tiempo que recuerda a los fieles que el mensaje de Cristo es inseparable del compromiso concreto con quienes sufren pobreza en cualquier dimensión: material, social, moral, espiritual o cultural.
El primer gran documento papal de León XIV no sólo expresa la continuidad espiritual con el magisterio del Papa argentino, sino que considera necesario “insistir en este camino de santificación”, porque, según escribe, “no se puede amar a Dios sin extender el propio amor a los pobres”.
León XIV también alerta del riesgo de que los cristianos se dejen “contagiar por ideologías mundanas o por orientaciones políticas y económicas” que conducen a conclusiones engañosas” y acaban desfigurando el sentido auténtico del Evangelio.
El texto enseña que la ayuda material, aunque necesaria, no basta: los cristianos están llamados a un encuentro profundo y personal con los pobres, reconociendo que en ellos “Jesús todavía tiene algo que decirnos”.
El Papa asegura que “la caridad no es un camino opcional, sino el criterio del verdadero culto” y pide seguir el ejemplo de los primeros cristianos para quienes los pobres “no eran un apéndice, sino una parte esencial de su Cuerpo vivo”.