El Papa celebró una Misa por el Jubileo del mundo misionero y el Jubileo de los migrantes, dos momentos centrales del Año Santo 2025, que se han celebrado el 4 y 5 de octubre. Lea aquí el texto completo.
Queridos hermanos y hermanas:
Celebramos hoy el Jubileo del Mundo Misionero y de los Migrantes. Es una hermosa ocasión para reavivar en nosotros la conciencia de la vocación misionera, que nace del deseo de llevar a todos la alegría y la consolación del Evangelio, especialmente a aquellos que viven una historia difícil y herida.
Pienso en modo particular en los hermanos migrantes, que han debido abandonar su tierra, muchas veces dejando a sus seres queridos, atravesando las noches de miedo y de soledad, padeciendo en su propia piel la discriminación y la violencia.
Estamos aquí porque, ante la tumba del apóstol Pedro, cada uno de nosotros debe decir con alegría: toda la Iglesia es misionera, y es urgente —como afirmó el Papa Francisco— que «salga a anunciar el Evangelio a todos, en todos los lugares, en todas las ocasiones, sin demoras, sin asco y sin miedo» (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 23).
El Espíritu nos manda continuar la obra de Cristo en las periferias del mundo, marcadas a veces por la guerra, la injusticia y por el sufrimiento. Ante estos escenarios oscuros, brota de nuevo el grito que tantas veces en la historia se ha elevado a Dios: Señor, ¿por qué no intervienes?, ¿por qué pareces ausente?