La obispa anglicana de Londres, Sarah Mullally, se convertirá en la primera mujer en ocupar el cargo de arzobispa de Canterbury tras la aprobación de su nominación por el rey Carlos III.
La arzobispa-designada Mullally será instalada como la máxima autoridad episcopal de la Iglesia de Inglaterra en marzo de 2026. Esto la convertirá formalmente en la líder espiritual de aproximadamente 85 millones de anglicanos en 165 países, incluso mientras la cohesión de la Comunión Anglicana se ve cada vez más afectada por desacuerdos sobre la enseñanza y la práctica en temas LGBT.
En un comunicado publicado el 2 de octubre en el sitio web del arzobispado de Canterbury, Mullally afirmó que desea “responder al llamado de Cristo” en su nuevo ministerio con el “espíritu de servicio a Dios” que la ha motivado desde su juventud.
“Espero compartir este camino de fe con millones de personas que sirven a Dios y a sus comunidades en parroquias de todo el país y en toda la comunión anglicana global”, dijo.
El presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Inglaterra y Gales, el Cardenal Vincent Nichols, celebró la noticia del nombramiento de Mullally como 106ª arzobispo de Canterbury, señalando en X que “aportará muchos dones personales y experiencia a su nuevo rol”.
El prefecto del Dicasterio para la Promoción de la Unidad Cristiana del Vaticano, el Cardenal Kurt Koch, felicitó a Mullally en una carta el viernes, transmitiendo los “mejores deseos de la Iglesia Católica”, a pesar de “tensiones ocasionales” en el diálogo teológico entre ambas iglesias.