El Cardenal Robert McElroy, Arzobispo de Washington, pronunció el domingo una homilía instando a los católicos a “acoger de manera sostenida, inquebrantable, profética y compasiva” a los migrantes en Estados Unidos, durante una Misa por la 11ª Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado.
“Durante los últimos 110 años, se ha celebrado la Misa en todo nuestro país para honrar y apoyar a los inmigrantes y refugiados que han llegado a nuestra nación como parte de esa corriente de hombres y mujeres de todas las tierras que han construido a los Estados Unidos como una gran nación”, dijo McElroy en su homilía en la Catedral de San Mateo Apóstol, en el noroeste de Washington, D.C., el 28 de septiembre.
“Pero este año es diferente de los 110 años que le han precedido”, señaló, “pues este año estamos enfrentando —tanto como nación como como Iglesia— un ataque sin precedentes contra millones de hombres y mujeres inmigrantes y familias en medio de nosotros”.
McElroy describió el enfoque de la administración Trump hacia la inmigración como “una campaña integral para desarraigar a millones de familias” que “se basa en el miedo y el terror en su núcleo”. El objetivo de la administración Trump, dijo, “es simple y unitario: robar a los inmigrantes indocumentados cualquier verdadera paz en sus vidas, para que en su miseria ‘se auto-deporten’”.
Al abordar la afirmación de la administración de que todos los migrantes que ingresan sin documentos al país deben ser removidos, McElroy sostuvo que el Evangelio “propone una medida muy diferente”, a saber, que los migrantes son “nuestros prójimos”.
Al referirse a la parábola del buen samaritano, McElroy argumentó que “el elemento más llamativo” de la historia fue “que el samaritano estuvo dispuesto a rechazar las normas de la sociedad que decían que, por su nacimiento y estatus, no tenía obligación alguna con la víctima, que era un judío”.