El Papa León XIV advirtió de que no se puede servir a Dios y a la riqueza y pidió oraciones para que los políticos no transformen el capital que gestionan en “armas que destruyen a la gente”.
“Hoy, en particular, la Iglesia ora para que los gobernantes de las naciones estén libres de la tentación de usar la riqueza contra el hombre, transformándola en armas que destruyen a los pueblos y en monopolios que humillan a los trabajadores”, aseguró en la homilía de la Misa que presidió esta mañana en la parroquia de Santa Ana.
Esta iglesia, situada dentro de los muros del Vaticano, está confiada desde 1929 a la orden de los Agustinos, a la que el Pontífice pertenece.
En su sermón, León XIV invitó a perseverar con esperanza en la oración “en un tiempo gravemente amenazado por la guerra”.
“Pueblos enteros son hoy aplastados por la violencia y aún más por un descarado desinterés que los abandona a un destino de miseria”, indicó.
Del mismo, pidió no ser pasivos “ante estos dramas” y llamó a anunciar “con la palabra y con las obras que Jesús es el Salvador del mundo, Aquel que nos libera de todo mal”.