En un mundo frenético, en el que se corre “por producir” y por “demostrar”, el Papa invitó a saber “detenerse y descansar” al tiempo que aseguró que Dios no da “soluciones inmediatas”, trabaja en el “tiempo lento de la confianza”.
“A veces buscamos respuestas rápidas, soluciones inmediatas. Pero Dios trabaja en lo profundo, en el tiempo lento de la confianza”, señaló el Pontífice durante la Audiencia General.
León XIV continuó este miércoles con la catequesis sobre “Jesús esperanza nuestra” para detenerse en el misterio del Sábado Santo.
El Hijo de Dios yace en la tumba, pero su “ausencia no es un vacío”, aseguró el Pontífice. Se trata del día “del gran silencio”, en el que el cielo “parece mudo y la tierra inmóvil”, pero es justamente allí “que se cumple el misterio más profundo de la fe cristiana”.
“Es un silencio grávido de sentido, como el vientre de una madre que custodia al hijo todavía no nacido, pero ya vivo”, agregó.
El Santo Padre usó la metáfora de la espera de un embarazo, para indicar que el tiempo considerado “no útil” de las pausas y los momentos aparentemente “estériles” pueden convertirse “en vientre de resurrección”.