En la cumbre entre Estados Unidos y Rusia, los líderes no enfrentaron “las preguntas morales y geopolíticas fundamentales” respecto a la guerra en Ucrania, dijo el arzobispo Borys Gudziak, agregando que “hasta que lo hagan, los ucranianos seguirán pagando el precio máximo”.
El 15 de agosto, el presidente estadounidense Donald Trump y el presidente ruso Vladimir Putin se reunieron en Alaska para discutir la guerra en curso en Ucrania. Aunque los líderes describieron el encuentro como “constructivo”, terminó sin una resolución.
Al día siguiente, Gudziak, quien es arzobispo metropolitano de la Arqueparquía Católica Ucraniana de Filadelfia, emitió una declaración “franca” sobre la controvertida cumbre.
“Un criminal de guerra genocida —que habla explícitamente sobre sus intenciones agresivas de reconquistar los países que se liberaron del yugo ateo soviético— fue recibido en territorio estadounidense y tratado con alfombra roja”, dijo Gudziak en su declaración.
“Las discusiones desganadas no condujeron a una sola concesión por parte del agresor”, escribió Gudziak. “Habiendo ordenado otra ráfaga de bombardeos mortales el día de la cumbre, se le permitió estar junto al presidente de Estados Unidos frente a un fondo para la conferencia de prensa que decía En busca de la Paz’”.
Y agregó: “Lo peor no sucedió, los que defienden la libertad y los ciudadanos inocentes de Ucrania no fueron vendidos, pero la causa de la libertad, la justicia y la paz no avanzó”.