La continua violencia que experimenta Tierra Santa, sobre todo ahora con la guerra en Gaza, fue abordada por el Patriarca Latino de Jerusalén, Cardenal Pierbattista Pizzaballa, en la homilía que pronunció durante la Solemnidad de la Asunción de María.
Como parte de su labor, el Cardenal Pizzaballa no sólo vela por los católicos de Israel, sino también por los que habitan los territorios palestinos de Gaza y Cisjordania. Esto le ha permitido conocer de primera mano las consecuencias de la violencia, especialmente la que en los últimos dos años golpea la Franja y que requiere palabras verdaderas de paz y no discursos “edulcorados y abstractos”.
Desde el Monasterio Benedictino de Abu Gosh (Israel), el purpurado manifestó que si bien todos desean que termine el conflicto, su término no marcará “el final de las hostilidades y del dolor que causarán”, pues subsistirá el deseo de venganza y “tendremos que lidiar con las consecuencias causadas por esta guerra en la vida de las personas”.
En ese sentido, el cardenal recordó en su homilía la importancia que tiene Tierra Santa para los cristianos y para la humanidad, al ser la región donde María dijo sí a la voluntad de Dios y en el que Cristo nació. Además de ser el lugar donde el Señor derrotó al pecado con su Resurrección.
“Realmente parece que esta Tierra Santa nuestra, que custodia la más alta revelación y manifestación de Dios, es también el lugar de la más alta manifestación del poder de Satanás. Y quizás precisamente por esta misma razón, porque es el Lugar que custodia el corazón de la historia de la salvación, que se ha convertido también en el lugar en el que ‘el Antiguo Adversario’ trata de imponerse más que en ningún otro lugar”, indicó.
El patriarca latino de Jerusalén dijo estas palabras al reflexionar sobre el pasaje del Apocalipsis que menciona al enorme dragón con siete cabezas y diez diademas, que “es una representación muy clara del poder del mal en el mundo, de Satanás”.