5 de diciembre de 2025 Donar
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Irlanda inicia la exhumación de los restos de casi 800 niños en un antiguo hogar para madres solteras

Una cruz celta en Irlanda. Crédito: Pixabay

Un equipo de 18 arqueólogos, antropólogos y forenses comenzó esta semana a excavar una antigua fosa séptica en el antiguo hogar para madres solteras St. Mary’s, gestionado por las Hermanas del Buen Socorro en Tuam, condado de Galway, al oeste de Irlanda, hoy convertido en urbanización de viviendas.

A lo largo de los próximos dos años, según informa The Irish Time, una excavadora sin dientes horadará cada palmo de los 5.000 metros cuadrados de superficie del solar en busca de restos de los 796 niños supuestamente enterrados sin sepultura entre 1925 y 1960 a dos metros de profundidad.

El objetivo es encontrar, analizar, identificar y sepultar dignamente los restos de los niños, muchos de ellos recién nacidos. Para poder identificarlos, han recogido muestras de ADN de más de 80 familiares que fueron invitados este 8 de julio a un acto simbólico para conmemorar el inicio de las obras.

Las excavaciones -realizadas con la ayuda de expertos de Colombia, España, Reino Unido, Canadá y Estados Unidos- arrancan 11 años después de que la historiadora local Catherine Corless descubriera pruebas detalladas que probaban las muertes en esta residencia y que solo había registros de entierro de dos de los casi 800 menores fallecidos. 

En 2014 publicó la investigación que, tres años después, condujo al descubrimiento de la fosa común. En 2017, una excavación preliminar en la zona halló restos humanos, lo que confirmó las sospechas de un enterramiento masivo en condiciones inhumanas.

"Estos bebés están en un sistema de alcantarillado. Tienen que salir de ahí", dijo Corless este lunes, después de que se cercara el terreno con una valla de 2,4 metros, según informó The Irish Times.

“Alarmantes” niveles de mortalidad infantil en estas residencias para madres solteras

En enero de 2021, una comisión nacional de investigación reveló en un amplio informe los “alarmantes” niveles de mortalidad infantil en estas instituciones para madres solteras en Irlanda. 

El documento de 3.000 páginas detalla lo ocurrido entre 1922 y 1998 en 14 hogares para madres solteras y en una muestra de otros cuatro centros de condados, donde también convivían niños abandonados y adultos enfermos o con discapacidad. En total, unos 9.000 niños fallecieron en estos lugares, lo que representa el 15% de los 57.000 menores que, junto a sus madres, pasaron por los 18 hogares investigados durante ese periodo.

Uno de los episodios más estremecedores ocurrió en 1943 en la localidad irlandesa de Bessborough, donde murieron tres de cada cuatro niños bajo el cuidado de las Hermanas de los Sagrados Corazones. Según la comisión, más de 900 niños fallecieron en esa institución entre 1922 y 1998, y hasta hoy no se ha identificado un lugar de enterramiento documentado.

Indiferencia generalizada hacia los niños 

La mayoría de las muertes, según la documentación, ocurrieron por enfermedades respiratorias o gastroenteritis. El informe las atribuyó a condiciones de salubridad infames, con acceso limitado a agua corriente y caliente, o falta de saneamiento, unido al hacinamiento y a la falta de formación sanitaria del personal. 

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El informe subrayaba que la elevada mortalidad era conocida por las autoridades locales, que no actuaron durante años por la “indiferencia generalizada” hacia estos niños.

Cuando se hizo público el informe, las Hermanas del Buen Socorro ofrecieron una disculpa oficial y se comprometieron a aportar 12,97 millones de euros al fondo de compensación para víctimas del Gobierno. 

La entonces Superiora regional de la orden, la hermana Eileen O’Connor, reconoció que “los bebés y niños que murieron fueron enterrados de manera irrespetuosa e inaceptable” y que la congregación fue parte de un sistema que causó “soledad, sufrimiento y dolor terrible”.

El entonces arzobispo electo de Dublín, Dermot Farrell, afirmó: “No podemos seguir huyendo de verdades extremadamente dolorosas sobre cómo, colectiva e individualmente, no cumplimos con el deber de cuidar de mujeres vulnerables y sus hijos”. 

También el gobierno de Irlanda pidió públicamente perdón, pues varios de los centros investigados eran públicos, aunque en la práctica estaban gestionados por religiosas.

El entonces presidente de la Conferencia Episcopal Irlandesa, Eamon Martin, pidió  que “cualquiera que pueda ayudar lo haga” para que los bebés tengan una sepultura digna donde sus familias puedan recordarlos.

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