A menos de un mes para que arranque el Jubileo de los Jóvenes, la diócesis del Papa última los preparativos para dar la bienvenida a los decenas de miles de jóvenes procedentes de todo el mundo que participarán en esta gran fiesta eclesial.
Un acontecimiento de gran calado eclesial y espiritual. “Los jóvenes no volverán a vivir una experiencia así en su vida. Estoy seguro. Será en la práctica como una Jornada Mundial de la Juventud”, explica el P. Alfredo Tedesco, director de la Pastoral Juvenil de Roma, diócesis anfitriona y, por tanto, punto de referencia para los peregrinos que lleguen.
El sacerdote italiano era un joven de 18 años que pudo participar en el Jubileo del año 2000 con San Juan Pablo II: “Para nuestra generación fue una marca imborrable. Para ellos, puede ser un nuevo comienzo”.
El verdadero gran desafío para la Diócesis de Roma está siendo el alojamiento. La parroquias de Roma y de 10 diócesis de la región del Lacio, las más cercanas a la capital italiana, “ya están movilizadas para acoger en sus estructuras a los jóvenes peregrinos”, explica. Además, también los institutos religiosos del Lacio más cercanos a Roma “han puesto su granito de arena”.
Sin embargo, adaptar estos lugares ha sido una tarea compleja: “Hemos tenido que acondicionar estos lugares. Ha habido que añadir baños y duchas, asegurar el servicio del desayuno, organizar la llegada de los grupos, distribuir los kits de los peregrinos y coordinar el transporte”.
Además, la Protección Civil Italiana también ha puesto a disposición 400 escuelas y estructuras estatales para hacer frente a esta necesidad, “especialmente gimnasios con baños habilitados”, indica el P. Tedesco.