Desde su primer saludo a los fieles del mundo tras ser elegido Papa, León XIV ha dado señales claras de su aprecio por las tradiciones del ministerio petrino.
Una de las más visibles fue su aparición en el balcón de la Logia central de la Basílica de San Pedro vistiendo la muceta, la pequeña capa de terciopelo rojo ribeteada que cubre los hombros y que simboliza la autoridad del Papa y su vocación de compasión.
Esta prenda, que no fue utilizada por el Papa Francisco, marcó desde el primer instante un gesto de continuidad con las costumbres arraigadas a lo largo de la historia de la Iglesia Católica.
También ha utilizado la casulla, cuyo nombre deriva del latín casula (pequeña casa), la vestidura litúrgica exterior que se lleva sobre el alba y la estola, y cambia de color según el Año Litúrgico. El Papa León XIV ha usado varias casullas notables, incluida una que fue utilizada por el Papa San Juan Pablo II.
Además, ha hecho uso de la estola que representa la consagración sacerdotal del Papa y su responsabilidad de guiar a la Iglesia como buen pastor, así como el báculo pastoral durante las celebraciones litúrgicas.
En las últimas ocasiones también ha comenzado a usar pantalones blancos debajo de la sotana: no como signo de oposición al Papa Francisco, quien lucía pantalones negros, sino para fortalecer e impulsar los signos y símbolos de la Iglesia institucional.