CREDO, la plataforma que ofrece películas católicas que elevan la mente hacia Dios

En CREDO, los cineastas pueden exhibir sus obras, conectar directamente con el público y recibir una compensación, mientras que los usuarios disfrutan de alquileres bajo demanda, sin suscripciones ni cuotas periódicas: basta con pagar por el alquiler o la compra de la película que deseen ver.

Además, explica Moriarty, su catálogo estará “cuidadosamente cuidado”, con una cinematografía y escritura “a la altura de la profundidad de su mensaje”.

Su contenido pretende “explorar los sacramentos, biografías de santos y testigos contemporáneos”, así como películas narrativas basadas en una comprensión cristiana de la persona humana, además de contenido infantil diseñado para cultivar la imaginación moral “sin ser moralizante”.

Además, las películas se podrán ver en dispositivos móviles a través de su aplicación y el contenido estará disponible en inglés, español, italiano, francés, portugués y polaco.

¿Cómo surgió la idea?

Ante la demanda de películas con contenido católico, explica, “imaginamos una plataforma que se sintiera como una estantería cuidadosamente organizada, donde cada película fuera elegida por su capacidad de nutrir la fe y despertar la imaginación”. 

Esa visión evolucionó hasta convertirse en CREDO, “un servicio sólo de alquiler con una pequeña biblioteca seleccionada intencionalmente, guiada por principios teológicos claros”.

En cuanto al nombre de la plataforma, explicó que la palabra “Credo” (creo en latín), no sólo hace referencia a profesión de fe de la Iglesia, “sino que también tiene una resonancia profundamente personal, ya que se expresa en primera persona”. 

“La elegimos porque creemos que cada película que ofrecemos invita al espectador a un acto renovado de fe: en el poder de la belleza, en la realidad de la verdad y en el impacto perdurable de la bondad. Cada alquiler representa una afirmación silenciosa de historias que elevan la mente hacia Dios”, destacó.

Estreno de la película de Carlo Acutis

La primera película con la que se estrena esta plataforma es “Carlo Acutis: El camino a lo real”, la cual “ofrece una perspectiva única”, según Moriarty. 

“En lugar de simplemente destacar sus virtudes, nuestra película las pone en diálogo directo con la cultura digitalmente saturada de hoy”, agrega.

El film muestra a adolescentes reales que se desconectan de sus teléfonos durante una semana y hacen una peregrinación a la tumba de Carlo, poniendo a prueba su afirmación de que la Eucaristía es el centro de la realidad.

“Su viaje se entrelaza con una exploración de cómo los espacios virtuales pueden distraernos de la realidad genuina, y cómo los propios hábitos de Carlo —Misa diaria, adoración y un uso disciplinado de la tecnología— ofrecen un camino de regreso a lo que realmente importa”, subrayó.

En este sentido, lamenta que en el panorama mediático actual “la atención está fragmentada y el significado, a menudo diluido”. 

“Las películas enraizadas en la belleza, la verdad y la caridad ya no son simples añadidos agradables; son herramientas esenciales para el cuidado pastoral”, destaca. 

Por lo tanto, para Moriarty, “una sola representación auténtica de la santidad puede a menudo romper el cinismo con más eficacia que largas explicaciones”. 

“El buen cine va más allá del mero entretenimiento; tiene el poder de reorientar nuestros deseos, guiando suavemente a los espectadores del consumo pasivo hacia una comunión y un servicio más profundos”, afirma.

Próximo documental sobre el Papa León XIV

Próximamente lanzarán sobre el Papa León XIV, que seguirá el recorrido de Robert Prevost “desde sus primeras experiencias en parroquias de inmigrantes en Chicago, pasando por sus años como fraile agustino y misionero en Perú, hasta su inesperada elevación al papado”.

Actualmente, están filmando entrevistas con su familia, compañeros agustinos, feligreses a quienes sirvió en Perú, teólogos y expertos. 

“Nuestra esperanza es que, a través de esta película, los espectadores lleguen a una apreciación más profunda del pontificado del Papa León como una oportunidad para que la Iglesia defienda la dignidad humana en una era que tiende cada vez más a ver a las personas como simples puntos de datos”, concluye.