El arzobispo Paglia dijo que las decisiones se tomaron “en el contexto de la reorganización general de la Curia Romana por parte del Santo Padre” y que tuvo que hacer ajustes logísticos en la academia para cooperar estrechamente con los organismos curiales, particularmente el entonces recién creado Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida.
Pero en 2017 y 2022, Paglia y Pegoraro nombraron nuevos miembros para la academia, algunos de los cuales apoyaban públicamente el aborto o se declaraban ateos. Uno fue el Dr. John Nkengasong, ciudadano estadounidense nacido en Camerún, quien, al ser nombrado jefe del Plan de Emergencia del Presidente de Estados Unidos para el Alivio del SIDA (PEPFAR) en 2021, fue felicitado por la directora ejecutiva de Planned Parenthood por trabajar para expandir los servicios de aborto.
Otro nombramiento de Paglia y Pegoraro fue Sheila Dinotshe Tlou, exministra de salud de Botsuana, quien formó parte del comité de supervisión de un grupo que ofrecía “suministros para abortos seguros y atención postaborto”.
El Dr. Ward, exmiembro de la academia, dijo tras los nombramientos de 2022 que la dirección de la academia continuaba con la “imposición de un cambio de paradigma sobre la moralidad sexual en el Vaticano”.
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Judie Brown, también exmiembro de la academia y actual presidenta de la American Life League, calificó los nombramientos de “indignantes” y que “se agravan cuando reconocemos que la Academia se estableció para luchar contra el aborto”. Los principios sostenidos por los primeros miembros de la Academia “fueron una vez la base sobre la que todos nos apoyábamos”, dijo, pero ahora “han desaparecido de la vista”.
Otros problemas también ocurrieron bajo el liderazgo del arzobispo Paglia y Mons. Pegoraro. En 2022, la academia publicó un libro titulado Theological Ethics of Life, que expertos en bioética criticaron duramente por difundir información teológica y médica “engañosa y confusa” que contradice las enseñanzas establecidas de la Iglesia sobre la anticoncepción y las tecnologías de reproducción asistida.
Ese mismo año, el arzobispo Paglia generó más controversia cuando afirmó que la ley del aborto en Italia era un “pilar de la sociedad”, lo que llevó a la academia a emitir un comunicado diciendo que sus comentarios habían sido “sacados de contexto”. El arzobispo italiano volvió a estar en el centro de la polémica cuando pronunció un discurso en 2023 en el que parecía declarar que la despenalización del suicidio asistido era “el mayor bien común” posible en las circunstancias políticas actuales de Italia. La academia tuvo que aclarar nuevamente sus comentarios, diciendo que seguía oponiéndose a la eutanasia.
Durante la crisis del COVID-19, el arzobispo Paglia fue criticado por ignorar las preocupaciones éticas sobre las vacunas y por promover celosamente, a pesar de las preocupaciones de seguridad, la inoculación de niños incluso si no presentaban síntomas, y el hecho de que las posibilidades de que los niños se enfermaran gravemente por la enfermedad eran “extremadamente bajas”.
Pragmatismo político
En general, el arzobispo Paglia fue criticado por priorizar el pragmatismo político sobre el testimonio profético, con detractores que afirman que a menudo partía de la situación política y luego buscaba adaptar el Evangelio y la tradición católica a ella, en lugar de lo contrario.