Los fieles de la diócesis de Chiclayo, una ciudad en la costa norte del Perú, de unos 900.000 habitantes, nunca olvidarán dónde estaban o qué estaban haciendo el jueves 8 de mayo, cuando el cardenal protodiácono, Dominique Mamberti, anunció que el nuevo Papa de la Iglesia Católica era su antiguo obispo, Roberto Prevost.
Muchos decidieron hacer las maletas y viajar a Roma; y hoy los ha recibido en el Vaticano en una audiencia de poco más de 15 minutos, se desarrolló en un ambiente familiar y cálido.
El P. Guillermo Inca Pereda, secretario adjunto de la Conferencia Episcopal Peruana que ayer participó en el rito de obediencia en la Misa de inicio del pontificado, comentó a ACI Prensa que el encuentro de hoy, con unos 60 peruanos, se dio “en un clima muy, muy cordial, muy cercano, muy fraterno, el Papa León se dirigió a nosotros con mucha ternura”.
“Diría yo hasta el punto que nos sentíamos casi en casa, realmente fue maravilloso y los peruanos, ya sabes cómo somos, fueron llevándole muchos regalitos, pero sobre todo mucho cariño, intenso amor al Santo Padre”, agregó el sacerdote.