El Arzobispo de Puerto Príncipe (Haití), Mons. Max Leroys Mésidor, pidió ayuda a la comunidad internacional para salvar la vida de los haitianos ante la ola de violencia que sigue afectando al país caribeño. “No se cansen de Haití”, expresó el prelado.
“Por favor, no se demoren, porque estamos al borde del desastre”, agregó Mons. Mésidor —quien también es presidente de la Conferencia Episcopal de Haití (CEH)— en una entrevista con la Agencia SIR.
El arzobispo también calificó como “una gran decepción” la misión de apoyo policial liderada por Kenia y aprobada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que buscaba pacificar el país, especialmente Puerto Príncipe, que es controlada casi en su totalidad por bandas del crimen organizado.
La ONU ha señalado que la violencia en Haití no tiene precedentes y que cada cifra que se levanta sobre el caso constituye “un nuevo récord”.
El presidente del Episcopado opina que “se necesita más personal” y “equipamiento más adecuado”, junto con “un plan de seguridad claro” y un “compromiso continuo” de los encargados de tomar decisiones para que la misión pueda tener éxito realmente.
“Puerto Príncipe está prácticamente rodeado por grupos armados. Se estima que el 85% del capital está fuera del control estatal. Y existe una necesidad desesperada de señales de mejora. La situación es la misma en los suburbios, particularmente en las montañas de Kenscoff”, comentó Mons. Mésidor.