Este lunes, el Vaticano promulgó el decreto que reconoce el martirio de los Siervos de Dios Pedro de Corpa, Blas Rodríguez de Cuacos, Miguel de Añón, Antonio de Badajoz y Francisco de Veráscola, misioneros franciscanos asesinados por odio a la fe en septiembre de 1597.
Estos futuros beatos, originarios de España, fueron ultimados por indígenas de la tribu “Guale” durante una revuelta en la misión de Tolomato, en la Florida, un territorio que actualmente corresponde al estado de Georgia, Estados Unidos. Los frailes defendían el matrimonio monógamo, en contraposición a la poligamia de algunos miembros de la tribu.
Un testimonio de fidelidad a Cristo en el Nuevo Mundo
Los cinco mártires, miembros de la Orden de los Frailes Menores, partieron de España en el siglo XVI para llevar el mensaje del Evangelio a América del Norte, adentrándose en tierras desconocidas, enfrentando desafíos culturales y peligros que podrían costarles la vida.
Fr. Pedro de Corpa, nacido en la Diócesis de Madrid-Alcalá en 1560, lideraba la misión en el pueblo de Tolomato, donde se enfrentó a un claro conflicto cultural. Los indígenas Guales, entre quienes predicaban, practicaban la poligamia, una costumbre que los misioneros abordaban enseñando la doctrina católica del matrimonio monógamo. A los conversos se les administraba el bautismo solo bajo el compromiso de respetar esta enseñanza.
De acuerdo al sitio oficial del Dicasterio para la Causa de los Santos, el conflicto alcanzó su punto crítico cuando Juanillo, sobrino del cacique local y su sucesor, decidió tomar una segunda esposa. Según el sitio vaticano, Fr. Pedro intentó corregirlo, “recordándole el compromiso adquirido con su bautismo, pero se volvió agresivo y lo atacó, matándolo con un hacha en septiembre de 1597”.