Viernes I

Laudes

Por la mañana

SALUDO INICIAL

V. Señor abre mis labios.
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.

  • HIMNO
  • SALMODIA

Ant. 1. Aceptarás los sacrificios, ofrendas y holocaustos, sobre tu altar, Señor.

Salmo 50

Misericordia, Dios mío por tu bondad;
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito, limpia mi pecado.
Pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé, cometí la maldad que aborreces.

En la sentencia tendrás razón, en el juicio brillará tu rectitud.
Mira, que en la culpa nací, pecador me concibió mi madre.
Te gusta un corazón sincero, y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.
Hazme oír el gozo y la alegría, que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista, borra en mí toda culpa.

¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación, afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos, los pecadores volverán a ti.
Líbrame de la sangre ¡oh Dios, Dios, Salvador mío!,
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios, y mi boca proclamará tu alabanza.

Los sacrificios no te satisfacen;
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado:
un corazón quebrantado y humillado tú no lo desprecias.
Señor, por tu bondad, favorece a Sión reconstruye las murallas de Jerusalén: entonces aceptarás los sacrificios rituales, ofrendas y holocaustos,
sobre tu altar se inmolarán novillos.

Ant. 1. Aceptarás los sacrificios, ofrendas y holocaustos, sobre tu altar, Señor.

Ant. 2. Con el Señor triunfará y se gloriará la estirpe de Israel.

Cántico
Is. 45,15-26

Es verdad: tú eres un Dios escondido, el Dios de Israel, el Salvador.
Se avergüenzan y se sonrojan todos por igual,
se van avergonzados los fabricantes de ídolos;
mientras el señor salva a Israel con una salvación perpetua,
para que no se avergüencen ni se sonrojen nunca jamás.

Así dice el Señor, creador del cielo - él es Dios -,
él modeló la tierra, la fabricó y la afianzó;
no la creó vacía, sino que la formó habitable:
"Yo soy el Señor y no hay otro".
No te hablé a escondidas, en un país tenebroso,
no dije a la estirpe de Jacob: "Buscadme en el vacío".

Yo soy el Señor que pronuncia sentencia y declara lo que es justo.
Reuníos, venid, acercaos juntos, supervivientes de las naciones.
No discurren los que llevan su ídolo de madera,
y rezan a un dios que no puede salvar.
Declarad, aducid pruebas, que deliberen juntos:
¿Quién anunció esto desde antiguo, quién lo predijo desde entonces?
¿No fui yo, el Señor? - No hay otro Dios fuera de mí -
Yo soy un Dios justo y salvador, y no hay ninguno más.
Volveos hacia mí para salvaros, confines de la tierra,
pues yo soy Dios y no hay otro.
Yo juro por mi nombre, de mi boca sale una sentencia,
una palabra irrevocable:
"Ante mí se doblara toda rodilla, por mí jurará toda lengua",
dirán: "Solo el Señor tiene la justicia y el poder.''
A él vendrán avergonzados los que se enardecían contra él, con el Señor triunfará y se gloriara la estirpe de Israel.

Ant. 2. Con el Señor triunfará y se gloriará la estirpe de Israel.

Ant. 3. Entrad en la presencia del Señor con aclamaciones.

Salmo 99

Aclama al Señor, tierra entera, servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con aclamaciones.
Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos, su pueblo y ovejas de su rebaño.

Entrad por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con himnos, dándole gracias y bendiciendo su nombre:
"El Señor es bueno. Su misericordia es eterna, su fidelidad por todas las edades."

Ant. 3. Entrad en la presencia del Señor con aclamaciones.

LECTURA BREVE
(Ef. 4,29-32)

No salga de vuestra boca palabra desedificante, sino la que sirva para la necesaria edificación, comunicando la gracia a los oyentes. Y no provoquéis más al santo espíritu de Dios, con el cual fuisteis marcados para el día de la redención. Desterrad de entre vosotros todo exacerbamiento, animosidad, ira, pendencia, insulto y toda clase de maldad. Sed, por el contrario, bondadosos y compasivos unos con otros, y perdonaos mutuamente como también Dios os ha perdonado en Cristo.

RESPONSORIO BREVE

V. En la mañana hazme escuchar tu gracia.
R. En la mañana hazme escuchar tu gracia.
V. Indícame el camino que he de seguir.
R. Hazme escuchar tu gracia.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En la mañana hazme escuchar tu gracia.

CANTICO EVANGELICO

Ant. El Señor ha visitado y redimido a su pueblo

PRECES

Adoremos a Cristo, que salvó al mundo con su cruz, y supliquémosle diciendo:

Señor, ten misericordia de nosotros

- Señor Jesucristo, cuya claridad es nuestro sol y nuestro día, haz que, desde el amanecer, desaparezca de nosotros todo sentimiento malo.
- Vela, Señor, sobre nuestros pensamientos, palabras y obras, a fin de que nuestro día sea agradable ante tus ojos.
- Aparta de nuestros pecados tu vista, y borra en nosotros toda culpa, por tu cruz y tu resurrección, llénanos del gozo del Espíritu Santo.

Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Ya que somos hijos de Dios, oremos a nuestro Padre como Cristo nos enseñó: Padre nuestro

ORACION

Dios misericordioso, que has iluminado las tinieblas de nuestra ignorancia con la luz de tu palabra: acrecienta en nosotros la fe que tu mismo nos has dado; que ninguna tentación pueda destruir nunca el ardor de la fe y de la caridad que tu gracia ha encendido en nuestro Espíritu. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

CONCLUCIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

 

Vísperas

Por la noche

SALUDO INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

  • HIMNO
  • SALMODIA

Ant.1. Sáname, Señor, porque he pecado contra ti.

Salmo 40

Dichoso el que cuida del pobre y desvalido;
en el día aciago lo pondrá a salvo el Señor.
El Señor lo guarda y lo conserva en vida, para que sea dichoso en la tierra,
y no la entrega a la saña sus enemigos.

El Señor lo sostendrá en el lecho del dolor,
calmará los dolores de su enfermedad.
Yo dije: "Señor, ten misericordia, sáname porque he pecado contra ti."
Mis enemigos me desean lo peor:
"A ver si se muere y se acaba el apellido."
El que viene a verme habla con fingimiento,
disimula su mala intención,
y cuando sale afuera, la dice.

Mis adversarios se reúnen a murmurar contra mí,
hacen cálculos siniestros:
"Padece un mal sin remedio, se acostó para no levantarse".
Incluso mi amigo, del que yo me fiaba, que compartía mi pan,
es el primero en traicionarme.

Pero tú, Señor, apiádate de mí,
has que pueda levantarme, para que yo les dé su merecido.
En esto conozco que me amas: en que mi enemigo no triunfa de mí.
A mí, en cambio, me conservas la salud,
me mantienes siempre en tu presencia.
Bendito el Señor, Dios de Israel, ahora y por siempre.
Amén, Amén.

Ant. 1. Sáname, Señor, porque he pecado contra ti.

Ant. 2. El Señor de los ejércitos está con nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob

Salmo 45

Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza,
poderoso defensor en el peligro.
Por eso no tememos aunque tiemble la tierra
y los montes se desplomen en el mar.
Que hiervan y bramen sus olas, que sacudan a los montes con su furia:
El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.

El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios,
el Altísimo consagra su morada.
Teniendo a Dios en medio, no vacila;
Dios la socorre al despuntar la aurora.
Los pueblos se amotinan, os reyes se rebelan;
pero la lanza de su trueno y se tambalea la tierra.

El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
Venid a ver las obras del señor, las maravillas que hace en la tierra:
Pone fin a la guerra hasta el extremo del orbe,
rompe los arcos, quiebra las lanzas, prende fuego a los escudos.
"Rendíos, reconoced que yo soy Dios:
más alto que los pueblos mas alto que la tierra."
El señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.

Ant. 2. El señor de los ejércitos está con nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob.

Ant. 3. Vendrán todas las naciones y se postraran en tu acatamiento, Señor.

Cántico
Ap. 15,3-4

Grandes y maravillosas son tus obras, señor, Dios omnipotente,
justos y verdaderos tus caminos, ¡oh rey de los siglos!
¿Quién no temerá señor y glorificará tu nombre?
Porque tú solo eres santo,
porque vendrán todas las naciones y se postrarán en tu acatamiento,
porque tus juicios se hicieron manifiesto.

Ant. 3. Vendrán todas las naciones y se postraran en tu acatamiento, Señor.

LECTURA BREVE
(Rm. 15,1-3)

Los fuertes debemos sobrellevar las flaquezas de los débiles, sin complacernos a nosotros mismos. Cada uno cuide de complacer al prójimo para su bien, para su edificación, que Cristo no buscó su propia complacencia, según está es rito: "sobre mí cayeron los ultrajes de quienes te ultrajaron".

RESPONSORIO BREVE

V. Cristo nos ama y nos ha absuelto por la virtud de su sangre.
R. Cristo nos ama y nos ha absuelto por la virtud de su sangre.
V. Y ha hecho de nosotros un reino de sacerdotes para el Dios y Padre suyo.
R. Por la virtud de su sangre.
V. Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Cristo nos ama y nos ha absuelto por la virtud de su sangre.

CANTICO EVANGELICO

Ant. El Señor nos auxilia a nosotros, sus siervos, acordándose de su misericordia.

PRECES

Bendigamos a Dios que escucha la oración de los humildes y a los hambrientos los colma de bienes, digámosle confiados:

Muéstranos, Señor, tu misericordia

- Señor, Padre lleno de amor, te pedimos por todos los miembros de la iglesia que sufren: acuérdate de ellos, Cristo, cabeza de la iglesia, ofreció en la cruz el verdadero sacrificio vespertino.
- Libra a los encarcelados, ilumina a los que viven en tinieblas, sé la ayuda de las viudas y de los huérfanos y has que todos nos preocupemos de los que sufren.
- Concede a tus hijos la fuerza necesaria, para resistir las tentaciones del maligno.
- Acude en nuestro auxilio, Señor, cuando llegue la hora de nuestra muerte: que seamos fieles hasta el fin y dejemos este mundo en tu paz.
- Conduce a los difuntos a la luz donde tu habitas, para que puedan contemplarte eternamente.

Fieles a la recomendación del Salvador, nos atrevemos a decir: Padre nuestro...

ORACION

Te pedimos, Señor, que los que hemos sido aleccionados con los ejemplos de la pasión de tu Hijo estemos siempre dispuestos a cargar con su yugo llevadero y con su carga ligera. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.