Nuestra Señora de Luján, es patrona de Argentina, Paraguay y Uruguay. La imagen original es pequeña y sencilla, de solo 38 cm de altura, realizada en arcilla cocida y representa a la Inmaculada Concepción.

El origen de la advocación se remonta a 1630. Antonio Farías Sáa, un hacendado portugués que vivía en Santiago del Estero, quiso erigir en su estancia una capilla en honor de la Virgen. Solicitó a un amigo que le enviara una imagen de la Inmaculada Concepción de María. Para una mejor elección, su amigo le envió dos imágenes. En el mes de mayo de 1630, las imágenes de la Virgen llegaron a Buenos Aires y fueron trasladadas en un carruaje.

Luego de tres días de viaje pararon en la ciudad de Luján para descansar. Al día siguiente estaban dispuestos a continuar pero los bueyes no querían moverse. Después de intentos fallidos, bajaron uno de los cajones y los bueyes iniciaron la marcha sin dificultad. Intrigados por el contenido del cajón, encontraron al abrirlo una imagen pequeña de la Inmaculada Concepción. Los creyentes interpretaron el hecho como providencial, y entregaron la imagen para su custodia a don Rosendo de Oramas. La segunda imagen, que representaba a María con el niño en sus brazos, llegó a destino, y en 1670 se le construyó un santuario donde se la veneró bajo la advocación de Nuestra Señora de la Consolación.

El primer santuario dedicado a Nuestra Señora de Luján se inauguró el 8 de diciembre de 1763 y en él hicieron profesión de fe y se encomendaron buena parte de los próceres argentinos durante la época de la emancipación: Manuel Belgrano, José de San Martín, Cornelio Saavedra, Domingo French, entre otros.

Además de rendirle homenaje por su participación en la gesta de la independencia, Belgrano era recordado con especial afecto por haber residido en Luján durante 1814 y haber consagrado trofeos de guerra a la Virgen de la villa. También el coronel Domingo French fue gran devoto de la Virgen de Luján la nombró patrona de su Regimiento Nº 3 de Infantería, y le donó dos de las banderas conquistadas en el segundo sitio de Montevideo.

En 1816 luego de liberar al pueblo chileno y antes de embarcarse para iniciar su campaña al Perú, el general José de San Martín visitó el Santuario de Luján para encomendarse a Nuestra Señora.

En 1930 se cumplieron 300 años de la llegada de la imagen a la Argentina. A principios de ese año, el obispo diocesano de La Plata y de Luján, monseñor Francisco Alberti, solicitó en nombre conjunto de los episcopados argentino, uruguayo y paraguayo al Papa Pío XI, la declaración oficial de la Virgen de Luján como patrona de las tres Repúblicas.

El 8 de setiembre de 1930 el Papa Pío XI nombró a la Virgen de Luján patrona de la Argentina, Uruguay y Paraguay.

El 15 de octubre de 1934, el Papa Pío XII declaró a «Nuestra Señora de Luján» patrona oficial del XXXII Congreso Eucarístico Internacional.

En 1944 fue declarada patrona de las rutas argentinas y en 1948 de los Ferrocarriles Argentinos, en cuyas estaciones se multiplicaron las imágenes entronizadas de la Virgen. El 3 de junio de 1946 fue declarada patrona de la Policía Federal Argentina.

Fue el padre Federico Grote, fundador de los Círculos Católicos de Obreros, el primero en organizar peregrinaciones al Santuario de Nuestra Señora de Luján. En la primera peregrinación, realizada el 29 de octubre de 1893, fue acompañado por unos 400 hombres con banderas argentinas quienes prometieron concurrir todos los años a pedir a la Virgen protección para la obra. Tres años después, los peregrinos sumaban 3 000. Esta peregrinación se ha realizado ininterrumpidamente hasta nuestros días.

En el día de la festividad de Nuestra Señora de Luján, el 8 de mayo, miles de fieles se reúnen en la Basílica de Luján en su honor. Es la fiesta patronal del partido de Luján, razón por la cual se realizan numerosos festejos además de recibirse gran cantidad de peregrinos.