Defender a la persona frente a globalización pide el Papa
VATICANO, 2 May. 00 (ACI).- El Papa Juan Pablo II pronunció un enérgico mensaje a favor de la persona humana frente a la globalización, al celebrar, a las afueras de Roma, el Jubileo de los Trabajadores.
La masiva ceremonia celebrada en Tor Bergata con ocasión de la Fiesta de San José Obrero contó, por primera vez, con la participación de decenas de miles de miembros de los sindicatos italianos, que renunciaron a sus propios festejos para unirse al Jubileo de los trabajadores.
"El nuevo milenio nos invita a estudiar los desequilibrios sociales y económicos que existen en el mundo del trabajo para restablecer la jerarquía de valores donde la dignidad de los hombres y las mujeres que trabajan, así como sus libertades, responsabilidades y participación, asuman su prioridad", dijo el Papa al dirigirse a una multitud que incluía al nuevo primer ministro italiano Giuliano Amato, al director general de la Organización Internacional del Trabajo Juan Somavia -que se había dirigido al Pontífice- y al gobernador del Banco de Italia Antonio Fazio.
"Las nuevas realidades, que están afectando los procesos de producción", dijo el Santo Padre, refiriéndose a las nuevas tecnologías, "tal como la globalización del financiamiento, de la economía, del comercio y del trabajo, no deben jamás violar la dignidad humana ni la centralidad de la persona humana, ni la libertad y la democracia de los pueblos".
"La solidaridad, la participación y la posibilidad de gobernar estos cambios radicales constituyen, si no la solución, al menos la garantía necesaria ética para que las personas y los pueblos no se conviertan en instrumentos sino en protagonistas de su futuro", agregó el Papa. "Todo esto puede realizarse, y, dado que es posible, se convierte en un deber", insistió.
La multitud que escuchó al Papa hablar de la necesidad de llegar a "garantías éticas" para que las personas no sean instrumentos sino protagonistas del futuro, incluía a delegaciones de trabajadores de 54 países.
"Me siento cerca de todos aquellos que se ven forzados a vivir en tales condiciones de pobreza que ofende su dignidad y bloquea su posibilidad de acceder a los bienes de la Tierra, viéndose obligados a comer de lo que cae de las mesas de los ricos", dijo el Santo Padre, en uno de los pasajes más enérgicos de su discurso.
Saludos en lengua española
Al concluir la ceremonia, el Pontífice dirigió un saludo a los diversos grupos lingüístico, entre ellos al de lengua española, a quienes dirigió sencillas pero emblemáticas palabras.
"En el día de San José Obrero os saludo a todos los peregrinos de lengua española que estáis participando en este encuentro jubilar. Que vuestro trabajo cotidiano, tantas veces duro y costoso, sea medio de realización personal, participación en el proyecto de Dios, que creó al hombre para que continuase su obra, y camino de santificación para vuestra vida". dijo el Papa.

