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El Papa inaugura el ingreso de la iglesia al tercer milenio

VATICANO, 25 (ACI).- Un mundo expectante contempló cómo el Papa Juan Pablo II, con el gesto sencillo de una leve presión sobre las enormes hojas de bronce que custodian la Puerta Santa, precedió a la cristiandad entera en el acto de ingresar al Año Santo del 2000.

"Esta es la puerta del Señor. Entraré en tu casa Señor", dijo el Pontífice en latín, antes de empujar las puertas a las 11:27 de la noche, hora de Roma.

En una ceremonia sencilla pero cargada de simbolismo, en la que representantes de todos los continentes depositaron ofrendas alusivas para expresar la universalidad del gran acontecimiento jubilar, el Papa Juan Pablo II declaró oficialmente inaugurado el Jubileo del 2000. De esta forma, el Pontífice del reinado más largo de este siglo que concluye, convirtió en gesto físico el llamado a "abrir de par en par las puertas del Redentor" que ha venido a ser el lema de su Pontificado desde el día de su proclamación como Sucesor de Pedro. Hizo realidad así el sueño que él mismo había pronosticado en su primera encíclica, la "Redemptor Hominis", cuando señalaba que la misión evangelizadora de la Iglesia ponía su mirada en el Tercer Milenio.

En el marco de la Eucaristía celebrada en una basílica abarrotada pero silenciosa, que rompió récords históricos de sintonía gracias a las transmisiones televisivas en vivo y a la transmisión en línea vía Internet -se calcula que más de 1.000 millones de personas de unos 60 países siguieron la ceremonia-, el Pontífice pronunció una homilía breve y emblemática.

"Nos postramos ante el Hijo de Dios", dijo el Pontífice; "Nos unimos espiritualmente a la admiración de María y de José. Adorando a Cristo, nacido en una gruta, asumimos la fe llena de sorpresa de aquellos pastores; experimentemos su misma admiración y su misma alegría".

"En el umbral del tercer milenio, la Iglesia te saluda, Hijo de Dios, que viniste al mundo para vencer a la muerte. Viniste para iluminar la vida humana mediante el Evangelio. La Iglesia te saluda y junto contigo quiere entrar en el tercer milenio. Tú eres nuestra esperanza. Sólo Tú tienes palabras de vida eterna"; dijo el Pontífice. "Tú, Cristo, Hijo del Dios vivo, ¡sé para nosotros la Puerta!", exclamó también.

Y luego, concluyó señalando: "¡Cristo es nuestro único Salvador! Éste es el mensaje de Navidad de 1999: el "hoy" de esta Noche Santa da inicio al Gran Jubileo".

Cristo sigue ofreciendo el esplendor de la verdad, dice el Papa

VATICANO, 25 (ACI).- En el emotivo mensaje que acompañó a la solemne bendición "Urbi et Orbi" -a la ciudad y al mundo- el Papa Juan Pablo II volvió a recordar el poderoso mensaje que brota del hecho de la Encarnación del Verbo para toda la humanidad, especialmente a las puertas del Tercer Milenio.

Asomado por el balcón central de la basílica de San Pedro, el mismo que lo vio proclamar el llamado a abrir "de par en par" las puertas al Redentor el día de su proclamación como Pontífice, el Pontífice saludó a una multitud congregada en una fría mañana invernal romana, atemperada en la plaza de San Pedro por el fervor jubilar.

"Señor, te damos gracias por el bien realizado en los años, siglos y milenios pasados", dijo el Papa. "Debemos confesar, sin embargo, que a veces la humanidad ha buscado fuera de ti la verdad, que se ha fabricado falsas certezas, ha corrido tras ideologías falaces".

Antes de leer con voz clara los saludos navideños para todo el mundo en 59 idiomas, el Pontífice agradeció a Jesucristo, "Puerta de nuestra salvación", "por el bien realizado en los años, siglos y milenios pasados". "Debemos confesar, sin embargo, que a veces la humanidad ha buscado fuera de ti la Verdad, que se ha fabricado falsas certezas, ha corrido tras ideologías falaces. A veces el hombre ha excluido del propio respeto y amor a hermanos de otras razas o distintos credos, ha negado los derechos fundamentales a las personas y a las naciones", agregó.

"Pero Tú sigues ofreciendo a todos el Esplendor de la Verdad que salva. Te miramos a Ti, Cristo, Puerta de la Vida, y te damos gracias por los prodigios con que has enriquecido a cada generación".

Refiriéndose a las numerosas formas que atentan contra la vida humana, el Pontífice señaló que "a veces este mundo no respeta y no ama la vida". "Pero Tú no te cansas de amarla, más aún, en el misterio de la Navidad vienes a iluminar las mentes para que los legisladores y los gobernantes, hombres y mujeres de buena voluntad se comprometan a acoger, como don precioso, la vida del hombre. Tú vienes a darnos el Evangelio de la Vida".

"Tú, Príncipe de la paz, nos invitas a abandonar el insensato uso de las armas, el recurso a la violencia y al odio que han marcado con la muerte a personas, pueblos y continentes", señaló también el Pontífice.

"Cristo", concluyó al final, "¡Tú eres la Puerta! A través de ti, con la fuerza del Espíritu Santo, queremos entrar en el tercer milenio".

 

Cifra récord de pedidos para apertura de la Puerta Santa

VATICANO, 24 (ACI).- La Oficina de la Casa Pontificia, que entre otras responsabilidades se encarga de la participación del público en las ceremonias que preside el Pontífice, ha recibido una cifra récord de peticiones de fieles que desean participar en la ceremonia de apertura de la Puerta Santa.

Según fuentes de este organismo vaticano, más de 62,000 peticiones de admisión a la Basílica de San Pedro han sido solicitadas; pero por evidentes motivos de capacidad, solamente 8,200 de ellas han podido ser atendidas positivamente, dado que ese es el aforo máximo de la basílica primada de la Iglesia universal.

Sin embargo, la ceremonia de inauguración del Año Santo 2000 podrá ser seguido desde la Plaza San Pedro donde 44,000 sillas han sido colocadas, cubriendo el máximo de su capacidad actual. Cuatro pantallas gigantes colocadas en puntos ópticos estratégicos permitirán a los peregrinos, incluso aquellos ubicados en la Plaza Pío XII o la Vía de la Conciliación, puedan seguir el solemne acontecimiento.

 

Santa Sede vive cuenta regresiva para apertura del Jubileo

VATICANO, 24 (ACI).- Con una reunión informativa con los periodistas acreditados, la Santa Sede comenzó la cuenta regresiva para la apertura de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, con la que el Papa Juan Pablo II inaugurará el Gran Jubileo del Año 2000.

Según adelantó el director de la Oficina de Prensa de la Sala Santa, Joaquín Navarro-Valls, los pensamientos y oraciones del Papa, al igual que los de los mil setecientos millones de personas que en el mundo creen que Cristo es el Hijo de Dios, estarán dedicados a Cristo y al comienzo de una celebración que a lo largo de un año conmemorará el 2000 aniversario de su nacimiento.

Navarro-Valls explicó que según el ritual de apertura de la Puerta Santa, hoy el Santo Padre se unirá a la procesión en el atrio de la Basílica de San Pedro, se detendrá unos breves minutos en oración cuando llegue a la Puerta Santa donde será leído el Evangelio de San Lucas, así como algunos versículos de los salmos y después empujará simplemente dos de los paneles de bronce de la Puerta Santa.

En el atrio se encontrarán el cardenal, arzobispo y obispo concelebrantes así como el Patriarca Ortodoxo Armenio Mesrob II, de Estambul, que ha querido estar presente en esta ceremonia ya que no podrá estarlo en el servicio ecuménico que se celebrará en San Pablo Extramuros el 18 de enero.

La procesión llegará al altar papal donde Juan Pablo II proclamará la apertura del año jubilar y dará luego inicio a la Misa del Gallo.

Mientras el Papa anuncia en San Pedro el comienzo del Año Santo -puntualizó Navarro-Valls-, el patriarca latino Michel Sabbah desde la gruta de Belén, declarará abierto el Jubileo en Tierra Santa.

Según Navarro-Valls, 58 países retransmitirán en directo la celebración, entre ellos Cuba. Los países pobres que no pueden acceder a la conexión satélite serán ayudados económicamente por los Caballeros de Colón.

Historia de los jubileos

La historia de los jubileos comenzó en el año 1300, cuando el Papa Bonifacio VIII celebró el primero. El del 2000, está dedicado a celebrar los dos milenios del nacimiento de Jesús, a través del perdón de los pecados, de la conversión y el compromiso al servicio de Dios.

La palabra Jubileo, que significa júbilo, fiesta y alegría, procede del hebreo "yovel", el cuerno de carnero que la ley mosaica obligaba a tocar como si fuese una tromba cada cincuenta años como señal de un año dedicado totalmente al Señor.

Los tres signos que caracterizan al Jubileo son: la peregrinación, la Puerta Santa y la indulgencia. La peregrinación simboliza la historia de la Iglesia. La Puerta Santa evoca el paso de cada cristiano del pecado a la gracia, y la indulgencia es la que Dios concede a todos sus hijos que la buscan tras expiar los pecados con obras de piedad.

La Puerta Santa de San Pedro la abrirá la noche del 24 de diciembre. Contrario que en otras ocasiones, el Papa no utilizará el tradicional martillo para golpearla tres veces y hacer caer el muro de ladrillo que la cubre en su parte interna, ni tampoco usará una llave simbólica. Juan Pablo II, tras la liturgia especial, empujará con sus dos manos la puerta.


Información alusiva:

Mensaje Urbi et Orbi 1999