Oportunidad perdida
Una historia sobre cómo Dios se vale de los demás para
guiarnos por el camino correcto
Una gigantesca inundación azotó a un pequeño pueblo ubicado a orillas del Río Mississippi. Una de las compuertas del río se había roto provocando la inundación, y se había previsto que otra compuerta se iba a romper en el lapso de una hora.
Un propietario de una de las casas ubicada
a orillas del río subió al techo debido a que el agua ya
había cubierto gran parte de la zona. El nivel del agua estaba
aumentando por lo que un bote de rescate se dirigió hacia la casa.
El bote se acercó y los rescatistas le dijeron al hombre que otra
compuerta iba a romperse y que el agua arrasaría con su casa, arrastrándolo
hacia una muerte segura. El hombre respondió que no necesitaba
ayuda porque creía en Dios y Él no permitiría tal
cosa.
Veinte minutos más tarde, los rescatistas regresaron a tratar de
convencerlo para que suba al bote. Una vez más rechazó su
ayuda argumentando que Dios lo salvaría.
Diez minutos después el bote regresó, los rescatistas dijeron
que esta sería la última oportunidad porque la compuerta
estaba a punto de romperse. Le pidieron por última vez que subiera
al bote. Pero él repitió nuevamente que creía en
Dios y que Dios lo salvaría de esta desgracia. Unos minutos después
la compuerta se rompió, liberando gran cantidad de agua que arrasó
con todo a su paso. El hombre no sobrevivió.
Cuando nuestro amigo llegó al cielo, se detuvo en la puerta para entrar. Le dijo a los hombres que quería hablar con Dios. Cuando se encontró frente a frente con Dios, le preguntó, "¿Qué pasó?, yo pensé que Tú ibas a salvarme, ¿Por qué no me salvaste?" y Dios le respondió, "Traté de salvarte. Envié el bote tres veces."