Tercera Parte "JESUCRISTO, VIDA Y ESPERANZA DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE"

Líneas pastorales prioritarias

A Santo Domingo hemos llegado desde nuestras Iglesias particulares. éramos portadores del «gozo y la esperanza, la tristeza y la angustia» (GS 1) de nuestros pueblos. Nos acompañaron los anhelos de vida y esperanza para el Continente.

Nuestro encuentro con el Santo Padre nos confirmó en la fe, en la esperanza y en el amor al Señor y a la Iglesia. La compañía espiritual de tantos hermanos que oraron por nosotros y nos ofrecieron su apoyo nos dio fortaleza.

La celebración diaria de la Eucaristía, la meditación de la Palabra de Dios y el trabajo común realizado con la confianza puesta en el Señor nos permitieron una auténtica experiencia de la presencia de Jesús en medio de nosotros (cf. Mt 18, 20) y de la acción del Espíritu.

«Jesucristo, el mismo ayer, hoy y siempre», nos ha hecho sentir que él nos hace «creaturas nuevas» (cf. 2Cor 5, 17); que nos da «vida abundante» (Jn 10, 10); que nos promete «vida eterna» (Jn 6, 54). él es «nuestra esperanza» (1Tim 1, 1).

Ahora regresamos a los diferentes campos de nuestro ministerio. Anunciaremos el Evangelio de la vida. Continuaremos dando «razón de nuestra esperanza» (1Pe 3, 15) a cada una de las personas que el Señor colocará en nuestros caminos.

(Santo Domingo, Conclusiones 287)

Al final de nuestras reflexiones, con el corazón agradecido a Dios, volvemos nuestra mirada al trabajo realizado para identificar las principales líneas pastorales que encontramos y para continuar marchando, guiados por los tres temas que el Santo Padre nos invitó a estudiar, profundizar y aplicar a partir de esta IV Conferencia.

Revisando nuestro camino proclamamos con nuevo ardor nuestra fe en Jesucristo, Hijo de Dios vivo, única razón de nuestra vida y fuente de nuestra misión. él es el camino, la verdad y la vida. él nos da la vida que deseamos comunicar plenamente a nuestros pueblos para que tengan todos un espíritu de solidaridad, reconciliación y esperanza.

(Santo Domingo, Conclusiones 288)

Hacemos esta profesión de fe bajo la protección de Nuestra Señora de Guadalupe, Patrona de América Latina, que ha estado con nosotros en este encuentro episcopal y que nos acompaña siempre en la misión que el Señor nos confía.

(Santo Domingo, Conclusiones 289)

Renovamos nuestra intención de llevar adelante las orientaciones pastorales del Concilio Vaticano II, aplicadas en las Conferencias Generales del Episcopado latinoamericano celebradas en Medellín y Puebla, actualizándolas a través de las líneas pastorales trazadas en la presente Conferencia.

(Santo Domingo, Conclusiones 290)

Los tres temas propuestos por el Santo Padre constituyen para nosotros las tres grandes líneas pastorales que asumimos para nuestras Iglesias. Cada Iglesia Particular y cada Conferencia Episcopal podrán encontrar, en las orientaciones de Santo Domingo, los desafíos y las líneas pastorales que más respondan a sus exigencias concretas.

(Santo Domingo, Conclusiones 291)

En nombre de nuestras Iglesias Particulares de América Latina y el Caribe nos comprometemos a trabajar en:

1. Una Nueva Evangelización de nuestros pueblos.

2. Una promoción integral de los pueblos latinoamericanos y caribeños.

3. Una Evangelización inculturada.

- En este sentido, resaltamos los elementos que durante la Conferencia fueron indicados con especial énfasis y aprobados para impulsar y concretar las tres líneas pastorales principales.

(Santo Domingo, Conclusiones 292)

1. Nueva evangelización de nuestros pueblos

1. 1. El compromiso es de todos y desde comunidades vivas. Un especial protagonismo corresponde a los laicos, en continuidad con las orientaciones de la Exhortación Apostólica «Christifideles Laici». Entre ellos, siguiendo la invitación constante del Papa, convocamos una vez más a los jóvenes, para que sean fuerza renovadora de la Iglesia y esperanza del mundo.

A fin de suscitar presbíteros, diáconos permanentes, religiosos, religiosas y miembros de los Institutos Seculares para la Nueva Evangelización, impulsaremos una vigorosa pastoral de las vocaciones.

(Santo Domingo, Conclusiones 293)

1. 2. Estamos todos llamados a la santidad (cf. LG 39 -42). En una Iglesia, comunidad misionera, nos urge un decidido empeño por la continua educación de la fe, por medio de la catequesis, que tiene su fundamento en la Palabra de Dios y el Magisterio de la Iglesia, y permite a los católicos dar razón de su esperanza en toda ocasión y frente a las sectas y a los nuevos movimientos religiosos.

La celebración de la fe en la liturgia, cumbre de la vida de la Iglesia, ha de realizarse con gozo y en forma que permita una participación más viva, activa y comprometida en la realidad de nuestros pueblos.

(Santo Domingo, Conclusiones 294)

1. 3. Es la hora misionera de América. Dirigimos a todos un anuncio fuerte y entusiasta para la Evangelización, no sólo en el seno de nuestras Iglesias sino más allá de nuestras fronteras. ésta será la respuesta al ejemplo de los misioneros que de otras partes llegaron a América, para comunicarnos su fe y será también fuente de generosidad para nuestros jóvenes y bendición para nuestras Iglesias.

(Santo Domingo, Conclusiones 295)

2. Una promoción humana integral de los pueblos latinoamericanos y caribeños

2. 1. Hacemos nuestro el clamor de los pobres. Asumimos con renovado ardor la opción evangélica preferencial por los pobres, en continuidad con Medellín y Puebla. Esta opción, no exclusiva ni excluyente, iluminará, a imitación de Jesucristo, toda nuestra acción evangelizadora.

Con tal luz invitamos a promover un nuevo orden económico, social y político, conforme a la dignidad de todas y cada una de las personas, impulsando la justicia y la solidaridad y abriendo para todas ellas horizontes de eternidad.

(Santo Domingo, Conclusiones 296)

2. 2. Decimos sí a la vida y a la familia. Ante las graves agresiones a la vida y a la familia, agudizadas en los últimos años, proponemos una decidida acción para defender y promover la vida y la familia, iglesia doméstica y santuario de la vida, desde su concepción hasta el final natural de su etapa temporal. Toda vida humana es sagrada.

(Santo Domingo, Conclusiones 297)

3. Una evangelización inculturada

Es el tercer compromiso que asumimos en la perspectiva de nuevos métodos y expresiones para vivir hoy el mensaje evangélico.

(Santo Domingo, Conclusiones 298)

3. 1. Las grandes ciudades de América Latina y el Caribe, con sus múltiples problemas, nos han interpelado. Atenderemos a la evangelización de estos centros donde vive la mayor parte de nuestra población. Nuestra solicitud se dirigirá también a las áreas rurales; en ellas se siente ya el impacto de cambios culturales.

(Santo Domingo, Conclusiones 298)

3. 2. Queremos acercarnos a los pueblos indígenas y afroamericanos, a fin de que el Evangelio encarnado en sus culturas manifieste toda su vitalidad y entren ellos en diálogo de comunión con las demás comunidades cristianas para mutuo enriquecimiento.

(Santo Domingo, Conclusiones 299)

3. 3. Buscaremos también impulsar una eficaz acción educativa y un decidido empeño por una moderna comunicación.

(Santo Domingo, Conclusiones 300)

Nos colocamos bajo la acción del Espíritu Santo, que desde Pentecostés conduce a la Iglesia en el amor. él nos concedió la gracia del Concilio Vaticano II y de nuestras Conferencias Generales de Río de Janeiro, Medellín y Puebla.

Estamos seguros de que no nos ha de faltar su auxilio para que continuemos, desde Santo Domingo, más unidos entre nosotros bajo la orientación y guía del Santo Padre, sucesor de Pedro y, a pesar de nuestras limitaciones, podamos impulsar con entusiasmo en Latinoamérica y el Caribe el anuncio de Jesucristo y de su Reino.

(Santo Domingo, Conclusiones 301)

La Iglesia en Latinoamérica y el Caribe proclama su fe:

«JESUCRISTO: AYER, HOY Y SIEMPRE» (cf. Heb 13, 8)

Nuestras Iglesias particulares, unidas en la esperanza y en el amor, bajo la protección de Nuestra Señora de Guadalupe, en comunión con el Santo Padre y en continuidad con las orientaciones pastorales de las Conferencias Generales de Medellín y Puebla, se comprometen a trabajar en:


1. Una Nueva Evangelización de nuestros pueblos

-A la que TODOS están llamados,

-con énfasis en la PASTORAL VOCACIONAL

-con especial protagonismo de los LAICOS

-y, entre ellos, de los JÓVENES

-Mediante la educación continua de la fe y su celebración: la CATEQUESIS y la LITURGIA

-También más allá de nuestras propias fronteras: LATINOAMÉRICA MISIONERA


2. Una promoción integral del pueblo latinoamericano y caribeño

-Desde una evangélica y renovada opción preferencial por los POBRES

-Al servicio de la VIDA y de la FAMILIA


3. Una Evangelización inculturada

-Que penetre los ambientes marcados por la CULTURA URBANA

-Que se encarne en las CULTURAS INDíGENAS y AFROAMERICANAS

-Con una eficaz ACCIóN EDUCATIVA y una MODERNA COMUNICACIóN

(Santo Domingo, Conclusiones 302)

Plegaria

Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo,
Buen Pastor y Hermano nuestro.
Nuestra única opción es por Ti.
Unidos en el amor y la esperanza
bajo la protección de nuestra Señora de Guadalupe,
Estrella de la Evangelización, pedimos tu Espíritu.
Danos la gracia,
en continuidad con Medellín y Puebla,
de empeñarnos en una Nueva Evangelización
a la que todos somos llamados,
con especial protagonismo de los laicos,
particularmente de los jóvenes,
comprometiéndonos en una educación continua de la fe,
celebrando tu alabanza
y anunciándote más allá de nuestras propias fronteras,
en una Iglesia decididamente misionera.
Aumenta nuestras vocaciones para que no falten obreros en tu mies.
Anímanos a comprometernos
en una promoción integral
del pueblo latinoamericano y caribeño,
desde una evangélica y renovada
opción preferencial por los pobres
y al servicio de la vida y de la familia.
Ayúdanos a trabajar
por una evangelización inculturada
que penetre los ambientes de nuestras ciudades,
que se encarne en las culturas indígenas y afroamericanas
por medio de una eficaz acción educativa
y de una moderna comunicación. Amén.

(Santo Domingo, Conclusiones 303)