Los católicos conmemoran la Solemnidad de la Asunción de María el 15 de agosto para recordar su subida gloriosa a los cielos. Si bien la fecha de esta celebración fue establecida hace menos de un siglo, la historia del dogma tiene raíces en los primeros años del cristianismo.
El numeral 1246 del Código de Derecho Canónico indica que esta fiesta es de precepto, es decir, una solemnidad en la que el católico tiene la obligación de participar de la Misa.
No obstante, en el mismo numeral se señala que "la Conferencia Episcopal, previa aprobación de la Sede Apostólica, puede suprimir o trasladar a domingo algunas de las fiestas de precepto". Por tal motivo, en algunos países no es obligatorio.