El 5 de mayo de 2016, el Papa Francisco presidió la vigilia de oración denominada “Para secar las lágrimas”, en el marco del Jubileo de la Misericordia, ocasión para la cual fue llevado el relicario de la Virgen de las Lágrimas hasta el Vaticano. En esa oportunidad, el Santo Padre resaltó que “al lado de cada cruz siempre está la Madre de Jesús. Con su manto, Ella enjuga nuestras lágrimas. Con su mano nos ayuda a levantarnos y nos acompaña en el camino de la esperanza”.
Dos años después, el 25 de mayo de 2018, el Papa Francisco presidió nuevamente una liturgia en presencia del relicario de las lágrimas de la Virgen. Desde la capilla de la Casa Santa Marta, afirmó: “Han traído desde Siracusa la reliquia de las lágrimas de la Virgen. Hoy están aquí, y rezamos a la Virgen para que nos dé a nosotros y también a la humanidad, porque tenemos necesidad, el don de las lágrimas, que nosotros podamos llorar por nuestros pecados y por tantas calamidades que hacen sufrir al pueblo de Dios y a los hijos de Dios”.
El Santuario Mariano de Siracusa recibe aproximadamente un millón de peregrinos cada año.
Los esposos videntes del milagro de las lágrimas. Foto: Santuario della Madonna delle Lacrime.