"Toda vocación en la Iglesia tiene su origen en la mirada compasiva de Jesús", afirmó el Papa Francisco en su mensaje para la 53° Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones difundido este lunes por la Santa Sede, en el que también expresó su deseo de que el Jubileo Extraordinario de la Misericordia sea ocasión para que todos los bautizados experimenten "el gozo de pertenecer a la Iglesia".
La 53° Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones se celebrará el 17 de abril de 2016, IV domingo de Pascua. En su mensaje titulado "La Iglesia, madre de vocaciones", el Santo Padre señaló que "conversión y vocación son como las dos caras de una sola moneda y se implican mutuamente a lo largo de la vida del discípulo misionero".
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El Papa, quien indicó que "la llamada de Dios se realiza por medio de la mediación comunitaria", explicó en su mensaje los tres pasos que sigue cada persona que descubre el llamado del Señor:
La vocación nace en la Iglesia. En este punto, Francisco indicó que "desde el nacimiento de una vocación", es necesario "un adecuado 'sentido' de Iglesia", pues "nadie es llamado exclusivamente para una región, ni para un grupo o movimiento eclesial, sino al servicio de la Iglesia y del mundo".
"Un signo claro de la autenticidad de un carisma es su eclesialidad, su capacidad para integrarse armónicamente en la vida del santo Pueblo fiel de Dios para el bien de todos. Respondiendo a la llamada de Dios, el joven ve cómo se amplía el horizonte eclesial, puede considerar los diferentes carismas y vocaciones y alcanzar así un discernimiento más objetivo".
Así, "la comunidad se convierte de este modo en el hogar y la familia en la que nace la vocación. El candidato contempla agradecido esta mediación comunitaria como un elemento irrenunciable para su futuro. Aprende a conocer y a amar a otros hermanos y hermanas que recorren diversos caminos; y estos vínculos fortalecen en todos la comunión".
La vocación crece en la Iglesia. El Pontífice dijo que durante la formación, los candidatos "necesitan conocer mejor la comunidad eclesial, superando las percepciones limitadas que todos tenemos al principio".
"Para ello, es oportuno realizar experiencias apostólicas junto a otros miembros de la comunidad, por ejemplo: comunicar el mensaje evangélico junto a un buen catequista; experimentar la evangelización de las periferias con una comunidad religiosa; descubrir y apreciar el tesoro de la contemplación compartiendo la vida de clausura; conocer mejor la misión ad gentes por el contacto con los misioneros".
Asimismo, "profundizar en la experiencia de la pastoral en la parroquia y en la diócesis con los sacerdotes diocesanos. Para quienes ya están en formación, la comunidad cristiana permanece siempre como el ámbito educativo fundamental, ante la cual experimentan gratitud".
La vocación está sostenida por la Iglesia. Francisco señaló que "después del compromiso definitivo, el camino vocacional en la Iglesia no termina, continúa en la disponibilidad para el servicio, en la perseverancia y en la formación permanente. Quien ha consagrado su vida al Señor está dispuesto a servir a la Iglesia donde esta le necesite".
Dijo que "la misión de Pablo y Bernabé es un ejemplo de esta disponibilidad eclesial. Enviados por el Espíritu Santo desde la comunidad de Antioquía a una misión, volvieron a la comunidad y compartieron lo que el Señor había realizado por medio de ellos".
"Los misioneros están acompañados y sostenidos por la comunidad cristiana, que continúa siendo para ellos un referente vital, como la patria visible que da seguridad a quienes peregrinan hacia la vida eterna", afirmó.
Además, recordó a los presbíteros su deber de velar por "el cuidado pastoral de las vocaciones". "Los sacerdotes acompañan a quienes están en buscan de la propia vocación y a los que ya han entregado su vida al servicio de Dios y de la comunidad", indicó.
Antes de terminar su mensaje, el Pontífice llamó a todos los fieles a tomar "conciencia del dinamismo eclesial de la vocación, para que las comunidades de fe lleguen a ser, a ejemplo de la Virgen María, seno materno que acoge el don del Espíritu Santo".
"La maternidad de la Iglesia se expresa a través de la oración perseverante por las vocaciones (…). También lo hace a través de una cuidadosa selección de los candidatos al ministerio ordenado y a la vida consagrada", y en el sostenimiento continuo de "aquellos que han consagrado su vida al servicio de los demás".
Finalmente, Francisco exhortó a pedir a Dios que conceda "a quienes han emprendido un camino vocacional una profunda adhesión a la Iglesia; y que el Espíritu Santo refuerce en los Pastores y en todos los fieles la comunión eclesial, el discernimiento y la paternidad y maternidad espirituales".
"Padre de misericordia, que has entregado a tu Hijo por nuestra salvación y nos sostienes continuamente con los dones de tu Espíritu, concédenos comunidades cristianas vivas, fervorosas y alegres, que sean fuentes de vida fraterna y que despierten entre los jóvenes el deseo de consagrarse a Ti y a la evangelización. Sostenlas en el empeño de proponer a los jóvenes una adecuada catequesis vocacional y caminos de especial consagración. Dales sabiduría para el necesario discernimiento de las vocaciones de modo que en todo brille la grandeza de tu amor misericordioso. Que María, Madre y educadora de Jesús, interceda por cada una de las comunidades cristianas, para que, hechas fecundas por el Espíritu Santo, sean fuente de auténticas vocaciones al servicio del pueblo santo de Dios", expresó.
El mensaje completo se encuentra en https://www.aciprensa.com/recursos/mensaje-del-santo-padre-por-la-53-jornada-mundial-de-oracion-por-las-vocaciones-1849/