Durante la visita que realizó hoy el Papa Francisco visitó al Centro de Rehabilitación Santa Cruz-Palmasola, la cárcel más peligrosa de Bolivia donde recibió dos obsequios por parte de los reos

El primer regalo fue una hamaca de los colores del Vaticano (amarillo y blanco) que tenía dos metros y medio de largo y tres de ancho. Fue hecha por el preso colombiano Bernabé Ruemartínez.

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El segundo presente fue un retrato del Santo Padre pintado en óleo por el caribeño Williams Pardo Ramallo. La obra medía 80 centímetros de alto y 60 centímetros de ancho y tenía un marco era de cedro.

El tercer obsequio fue un tallado en madera sobre la última cena del perfil del Papa Francisco que medía 75 centímetros de alto y 47 de ancho. Fue realizado por el reo salvadoreño Harol Richard Rivero Montero.