Ante más de un millón de personas que se dieron cita en el Campo de Marte, el Papa Benedicto XVI canonizó hoy a Frei Antonio de Santa Ana Galvão, el primer santo de origen brasileño, y en su homilía reiteró la necesidad de buscar la reconciliación con Dios, el prójimo y los demás para alcanzar la paz, así como la urgencia de “almas claras” que rechacen ser objetos de placer en el mundo.
“¿Podrán los hombres y las mujeres de este mundo encontrar la paz si no se concientizan acerca de la necesidad de reconciliarse con Dios, con el prójimo y consigo mismos?”, cuestionó el Papa y aseguró que solo “unidos en comunión suprema con el Señor en la Eucaristía y reconciliados con Dios y con nuestro prójimo, seremos portadores de aquella paz que el mundo no puede dar”.
El Papa recordó que en su tiempo, Frei Galvão era conocido como un “hombre de paz y de caridad”, que acogía paternamente a “personas de todo la geografía nacional. (...) Eran pobres, enfermos en el cuerpo y en el espíritu que le imploraban ayuda”.