Primera noche fuera de casa

No hace falta explicar demasiado el atractivo que tiene dormir en casa de un amigo para los chicos o chicas pre-adolescentes. son tan amigos que no les basta pasar todo el día juntos; también les encantaría dormirse contándose historias y aventuras. De hecho muchas veces las experiencias y recuerdos más agradables de la infancia tienen que ver con estas vivencias.

Pero, además, se trata de una situación que puede aprovecharse educativamente, siempre y cuando se cumplan unos requisitos:

- Que conozcamos con un alto grado de seguridad la familia de su amigo y que el ambiente en aquella casa sea saludable y acorde a nuestras ideas.

- Que nuestro hijo esté preparado para convivir con otras perdonas distintas de su familia.

CRECER EN AUTONOMÍA

Un error bastante frecuente de muchos padres consiste en pretender prolongar mas allá de lo debido la infancia de los niños impidiéndoles en la práctica que asuman responsabilidades. Sería perjudicial que a partir de los siete u ocho años, pensáramos que el hijo es aun demasiado pequeño para salir a dormir a la casa de una familia conocida (o de los primos por ejemplo).

Desde que son muy pequeños ya hemos ido acostumbrándoles a que coman y se vistan solos, a que aprendan su nombre y dirección, a que comiencen a hacer recados sencillos, a darles encargos en casa... Es una Regla de oro en educación debemos acostumbrarlos a ir haciendo por sí mismos lo que razonablemente y de acuerdo con su edad, son capaces de hacer. así cuando se planteen nuevas situaciones típicas de cada edad se encontrarán perfectamente preparados.

Las actividades que impliquen un cierto alejamiento de la "presencia" y "protección" de los padres son modos muy adecuados para ir dando pasos en autonomía.

¿SE PORTARÁ BIEN?

Una pregunta que puede venirnos a la mente es si nuestro hijo se portará bien, si tiene ese nivel mínimo de educación que le lleve a comportarse correctamente en una casa extraña. No basta, por ejemplo, que se muestre obediente o dócil con nosotros, porque algunos niños se convierten en otro tipo de personas cuando desaparece la vigilancia o cuando se encuentran en otro ambiente.

Casi como premisa, nuestro hijo ha de valorar la nueva situación en la que se encuentra; ha de darse cuenta de que no puede actuar del mismo modo ni con la misma familiaridad en su casa que en una extraña. Pero sin libertad, es decir sin ocasiones donde demostrarla, no podremos pretender que aprenda a tener buenos modales si no le damos las oportunidades.

Como padres no debemos limitarnos a decir "haz caso a todo lo que te digan", "come de todo", "pórtate bien"... Puede que, por poner un ejemplo, sepa que no se come con la boca abierta en la mesa, porque se lo hemos repetido varias veces. Pero no basta; también hay que proporcionarle la posibilidad de que cuando llegue a casa de sus amigos o bien cuide ese detalle sin que le digamos, o bien, por el contrario, no deje de mostrar sus interioridades bucales.

RELACIONES SOCIALES

Desde que son pequeños debemos habituarles a relacionarse con los demás y este tipo de situaciones pueden servirnos de ayuda. A estas edades comienzan a ampliar su círculo de amistades, a salir de sí mismos y a darse cuenta de que los demás pueden ser amigos suyos. Aunque se trate de una chica o un chico tímido, convivir cierto tiempo con otros chicos de su edad, fuera de casa, le obligará a poner en práctica sus habilidades sociales, saludar, mostrarse amable, responder a las preguntas... Todo un entrenamiento para el futuro.

PARA PENSAR...

- Algo que hay que tener muy en cuenta es conocer bien a la familia de su amigo, tanto porque a su vez, se trata de familias amigas (por razón de vecindad, de tener hijos en el mismo colegio o clase, etc.), como por las buenas y seguras referencias con las que contamos.

- Hay que tener más cuidado si es nuestra hija la que va a casa de una amiga, y esta tiene hermanos mayores que puedan dar un ambiente al que ella no esté acostumbrada.

- Aunque tenga muchas ventajas dormir en casa de un amigo, también hay que saber exactamente lo que van a hacer, porque quizá no sea conveniente si el amigo tiene televisión en su cuarto y van a quedarse hasta tarde viéndola solos; o si sus padres van a salir esa noche y no vuelven hasta tarde, etc.

- Se pueden aprovechar los días previos para terminar de ganar cierta batallas de orden, de higiene y buenas maneras; que deje perfectamente ordenada su ropa tirada cuando se duche o se asee, etc.

- A posteriori, puede ser una buena idea quedar con los padres de su amigo para preguntarles e interesarnos de como se ha portado, para conocer desde otra perspectiva el comportamiento del hijo.

- Y, en cualquier caso, ha de pasar cierto tiempo antes de la próxima vez que salga a dormir fuera, para que no se convierta en una costumbre o en capricho. También puede ser él quien invite a un amigo suyo a casa, lo que servirá para ir conociendo a sus amigos.


Tomado de Hacer Familia