El Obispo de Córdoba (España), Mons. Juan José Asenjo Peregrina, recordó que "las vírgenes consagradas son un don de Dios para nuestras comunidades cristianas", un regalo del Espíritu Santo, pues permaneciendo en el mundo ofrecen "su corazón y su vida entera para bien de la Iglesia y de todos los hombres".
En una reciente carta pastoral, el Prelado indicó que aunque no hacen votos de pobreza ni obediencia, viven "despegadas de los bienes materiales" y "están especialmente vinculadas al Obispo, que puede señalarles un campo concreto de apostolado".
En el documento, recogido por Ecclesia Digital, Mons. Asenjo, señaló que la consagración de las vírgenes es considerado como "un desarrollo y profundización de la alianza bautismal que el Espíritu Santo sugiere a algunos bautizados a quienes llama a un amor esponsal, absoluto, irrevocable y definitivo con Jesucristo", y a vivir "la virginidad por el Reino de los cielos, a imitación del Señor" y de Santa María.