Diálogo, discernimiento y frontera. Tres palabras para la reflexión que el Papa ha sugerido a los miembros de la revista jesuita La Civiltá Cattolica (La Civilización Católica), que desde 1850 se escribe en Roma y se publica con la aprobación previa de la Secretaría de Estado del Vaticano, a los cuales ha recibido esta mañana en audiencia.
"Vuestra fidelidad a la Iglesia requiere ser duros contra las hipocresías, fruto de un corazón cerrado, enfermo. Pero vuestra labor principal no es construir muros sino puentes; se trata de crear un diálogo -primera palabra- con todos los hombres, incluso con aquellos que no comparten la fe cristiana, pero dan culto a otros valores y con aquellos que se oponen a la Iglesia y la persiguen de formas diferentes... Con el diálogo es siempre posible acercarse a la verdad, que es don de Dios y que así ambas partes se enriquezcan".
El Papa Francisco ha dicho que dialogar significa "estar convencido de que el otro tiene algo bueno que decir, dejar espacio a su punto de vista, a su opinión, a sus propuestas sin caer obviamente en el relativismo. Y para dialogar se necesita dejar de estar a la defensiva y abrir las puertas".