26 de enero de 2016 / 05:15 PM
Se llama Takayama Ukon, era un samurai del siglo XVI y gracias a que el Papa Francisco aprobó el 22 de enero el decreto que reconoce su martirio, será declarado beato y se sumará a la lista de católicos japoneses que prefirieron morir antes que renunciar a su fe.
Incluso antes de morir dejó todo por Cristo. Renunció a su alta posición social y a sus riquezas: era dueño de extensas propiedades y comandaba vastos ejércitos.
El P. Anton Witwer S.J, el Postulador General de la Compañía de Jesús (jesuitas) explicó anteriormente a ACI Prensa que aunque el samurái Takayama murió en el exilio, su martirio consistió en "morir a causa de los maltratos que sufrió en su patria, por ello el proceso de beatificación es el de un mártir".