Carcanía
Luego la otra palabra es la proximidad, ¿no? Hombres y mujeres consagrados, pero no para alejar a la gente y tener todas las comodidades… No, para acercarme y entender la vida de los cristianos y de los no cristianos, los sufrimientos, los problemas, las tantas cosas que solamente se entienden si un hombre y una mujer consagrada se hace prójimo: en la proximidad. "Pero, Padre, yo soy una religiosa de clausura, ¿Cómo debo hacer? Pero, piensen en Santa Teresa del Niño Jesús, patrona de las misiones, que con su corazón ardiente era próxima a la gente. Proximidad… Hacerse consagrados no significa salir uno, dos, tres escalones en la sociedad. Es verdad, muchas veces escuchamos a los padres: "Pero, sabe padre, yo tengo una hija religiosa, yo tengo un hijo fraile…" y lo dicen con orgullo: ¡y es verdad! Es una satisfacción para los padres tener hijos consagrados; esto es verdad. Pero para los consagrados no es un estatus de vida que me hace ver a los otros así, ¿eh? La vida consagrada me debe llevar a la cercanía con la gente; cercanía física, espiritual, conocer a la gente. "A si padre, en mi comunidad la superiora nos ha dado el permiso de salir, y buscar en los barrios pobres con la gente" – Y en tu comunidad, ¿hay religiosas ancianas? Si, si. Esta la enfermería en el tercer piso – ¿Y cuántas veces al día tú vas a visitar a tus religiosas, las ancianas que pueden ser tu mamá o tu abuela? Bueno padre, usted sabe, yo estoy muy ocupada en el trabajo y no logro ir… "Proximidad: ¿Quién es el primer prójimo de un consagrado o de una consagrada? El hermano o la hermana de la comunidad. Este es su primer prójimo. Es también una proximidad hermosa, buena, con amor. Yo sé que en sus comunidades jamás se murmura, jamás, jamás… Un modo de alejarse de los hermanos y de las hermanas de la comunidad es propio este: el terrorismo de las habladurías. Escuchen bien, ¿eh? No, las habladurías: el terrorismo de las habladurías, porque quien habla mal es un terrorista. Es un terrorista dentro la propia comunidad, porque lanza como una bomba la palabra contra esto, contra aquello, y luego se va tranquilo. ¡Destruye quien hace esto! Quien hace esto destruye como una bomba y él se aleja. Esto, el apóstol Santiago decía que era la virtud tal vez más difícil, la virtud humana y espiritual más difícil de tener, aquella de dominar la lengua. Si me viene por decir algo contra un hermano o una hermana, lanzar una bomba de habladurías, muérdete la lengua, ¿eh? ¡Fuerte! Terrorismo en la comunidad, ¡no! "¿Pero padre, si hay algo, un defecto, algo que corregir? – Tú lo dices a la persona: tú tienes esta actitud que me fastidia o que no está bien o que no es conveniente – porque a veces no es prudente – tú lo dices a la persona que lo puede remediar, que puede resolver el problema y a ningún otro, ¿entendido? Las habladurías no sirven. ¿Pero en el capítulo? Ahí sí, en público todo lo que sientes que debes decir, porque existe la tentación de no decir las cosas en el capítulo y luego afuera: ¿Has visto a la superiora? ¿Has visto a la abadesa? ¿has visto al superior? ¿Por qué no lo has dicho ahí en el capítulo? Eh, no tienes el derecho. ¿Es claro esto?
¡Son virtudes de proximidad! Y los santos tenían esto: los Santos consagrados tenían esto. Santa Teresa del Niño Jesús jamás, jamás se ha lamentado del trabajo, del fastidio que le daba esa religiosa que debía llevar al comedor, todas las tardes: de la capilla al comedor… ¡Jamás! Porque la pobre religiosa era muy anciana, casi paralitica, caminaba mal, tenía dolores – también yo la entiendo – también un poco neurótica… Jamás, jamás ha ido donde otra religiosa a decir: "¡pero esta como da fastidio!". ¿Qué cosa hacia? La ayudaba a acomodarse, le llevaba la servilleta, le partía el pan y le hacía una sonrisa. Proximidad se llama esto. ¡Proximidad! Si tu lanzas la bomba de una habladuría en tu comunidad, esto no es proximidad: ¡esto es hacer la guerra! Esto es alejarte, esto es provocar distancias, provocar anarquismos en la comunidad. Y si, en este Año de la Misericordia, cada uno de ustedes logrará no hacerse el terrorista de habladurías, sería un éxito en la iglesia, un ¡suceso de grande santidad! ¡Anímense! La proximidad.