En la audiencia general de los miércoles, ante más de siete mil fieles llegados de todas partes del mundo al Aula Pablo VI, el Papa Benedicto XVI recordó que el reino que está llamado a instaurar el hombre es un reino de piedad, de ternura, de bondad, de gracia, de justicia.
Al iniciar su catequesis el Santo Padre afirmó que el Salmo 144 es “una gozosa alabanza al Señor que es exaltado como un soberano amoroso y tierno, preocupado por todas sus criaturas” y que su “centro espiritual está constituido por una celebración intensa y apasionada de la realeza divina”.
Profundizando en la simbología real, Su Santidad hizo notar que ésta “será central también en la predicación de Cristo, es expresión del proyecto de salvación de Dios: Él no es indiferente a la historia humana, sino que tiene el deseo de actuar un designio de armonía y de paz”.