El observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, el Arzobispo Celestino Migliore, defendió ante el Tercer Comité el valor positivo de las creencias y la libertad religiosas y la necesidad de que no sean vistas como una amenaza para la coexistencia pacífica y la tolerancia mutua.
"Las creencias religiosas y la libertad deberían considerarse como un valor positivo y no ser manipuladas o vistas como una amenaza para la coexistencia pacífica y la tolerancia mutua", dijo el Arzobispo tras definir la libertad religiosa como "la búsqueda por parte de los hombres y mujeres del 'significado último de las cosas', de aquellas cosas que satisfacen las aspiraciones más profundas, internas y verdaderas del espíritu humano".
Durante el Comité, reunido ayer en Nueva York para analizar el tema de la eliminación de todas las formas de intolerancia religiosa, Mons. Migliori indicó que “los líderes religiosos tienen la responsabilidad especial de rechazar cualquier uso erróneo o representación inadecuada de las creencias y la libertad religiosa”.