El sacerdote Gilbert Koffi, separado de la Congregación de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús de Betharram, pidió perdón a los fieles, a la congregación y al Obispo de Santiago del Estero (Argentina), Mons. Francisco Polti, por su indisciplina y desobediencia, y solicitó al Prelado poder continuar ejerciendo su sacerdocio en la diócesis con una renovada entrega al servicio de la Iglesia.
Según un comunicado de la congregación, el P. Koffi estaba impedido "de celebrar misas y predicar en público, después de que desobedeció la orden de trasladarse a una parroquia de la localidad santiagueña de Monte Quemado".
El Obispado de Santiago del Estero informó que el sacerdote Koffi expresó su "sincero pedido de perdón a la Congregación de los padres betharramitas por su indisciplina y desobediencia, comportamiento que ocasionó inconvenientes en la actividad pastoral de la comunidad de la parroquia San Roque; además pidió perdón a los sacerdotes y fieles en general, por si con su obrar, hubiera causado algún sufrimiento o perjuicio".