Con motivo de la llegada del huracán Ian a la Florida, la Diócesis de Orlando pidió la intercesión de San Medardo, patrono protector ante las tormentas por un hecho sobrenatural que vivió de niño y con ayuda de un águila.
Medardo proviene del antiguo alemán que significa audaz y valeroso. Fue un santo francés que desde pequeño buscó ayudar a los más necesitados y llegó a ser sacerdote a los 33 años, la edad de Cristo.
Sufrió varios robos, pero los ladrones regresaban todo porque, ya sea por los animales que los atacaban o porque no encontraban la puerta de salida, al final terminaban donde el santo pidiendo que los librara de esos tormentos y él aprovechaba para evangelizarlos.